Juan Villoro
Desde pequeño, mi hijo tuvo gusto y facilidad para el lenguaje. Al año comenzó a hablar. Inventaba monosílabos o palabras cortas para nombrar objetos y personas. En casa yo les leía los cuentos tradicionales, y a los tres jugaba cantando narraciones de su imaginación, mismas que escribió 12 años después en sus cuentos. A los ocho años asistió al centro de Teatro Infantil del INBA (que yo dirigía); ahí aprendió a apreciar el teatro y la literatura; los niños que ahí iban escribían y representaban sus propias obras. Las primeras incursiones de Juan en la lectura comenzaron con Julio Verne. Posteriormente Borges, Cortázar, Dostoievski, José Agustín, Rulfo y un largo etcétera, hasta el día de hoy.
Desde pequeño mostró empatía e interés por ayudar a la gente. Quizá eso lo llevó a estudiar Sociología y a preocuparse por las condiciones sociales de nuestro país.