Concha Orvañanos y Francisco Cancino
La conozco desde niña y me tocó observarla en los inicios: en las ferias, vendiendo, comunicando, luchando. No desde una cómoda posición de mando, sino como alguien que realmente se involucra en su negocio, con una motivación inquebrantable. Años más tarde, nació Yakampot. Me sedujeron inmediatamente esas piezas con bordados ancestrales sobre telas naturales y con hechuras de gran rigor. Valoro lo que ha contribuido al rescate de los tejidos, al uso de telares y a la revaloración de los bordados, lo que beneficia a varias comunidades y a nosotros, como sociedad, al reconocer la riqueza estética y cultural que representa nuestro patrimonio textil.
Por ELENA REYGADAS
Fran dice que desde muy chico tenía una atracción especial por el diseño: "Siempre tuve inquietud por los objetos, me interesaba mucho la ropa, las estructuras, los zapatos; el guardarropa de mi madre fue una de mis más grandes inspiraciones". La primera vez que me puse una prenda de Yakampot –una camisa de seda, negra de arriba y crema de abajo– me pareció hermosa, elegante, y tenía algo de andrógino y sofisticado. Me encantó, fue amor a primera puesta. Después nos encontramos y conectamos inmediatamente. Esa conexión que sentía con su ropa, la sentí con él. Es un hombre muy especial. Tiene una gran sensibilidad por todo lo que le rodea, y siempre me sorprende con las cosas que le llaman la atención y le interesan.
Por JULIETA VENEGAS