Cada piel es un mundo, y al ser el órgano más grande del cuerpo, debe tener un cuidado especial que se adapte a sus necesidades, a la etapa en la que se encuentra, al clima, a la edad, entre muchas otras cosas.
Por eso, es importante conocer nuestro tipo de piel para poder darle exactamente lo que necesita. Sigue leyendo para saber cuál es la mejor rutina de skincare según tu tipo de piel.
La piel produce aceites de manera natural para mantenerla hidratada y protegida de factores externos, pero para la piel grasa, este proceso es más intenso.
Tienes piel grasa si... tus poros están dilatados, la piel brillosa, tienes tendencia a acné o espinillas. Si este es tu caso, ¡no te preocupes! Con los productos adecuados es posible controlarlo y que no se vuelva un problema. Es importante tener una rutina enfocada en regular la producción de los aceites naturales de la piel sin resecarla y evitando ingredientes muy fuertes como exfoliantes.
Rutina piel grasa:
En la mañana: Usar un jabón espumoso que limpie la cara sin resecarla, una crema hidratante ni muy pesada ni muy ligera que hidrate y equilibre la piel y un protector solar ligero.
En la noche: Mismo jabón espumoso que limpie la cara sin resecarla, un tónico que equilibre la grasa acumulada del día, crema hidratante. Además asegúrate de que los productos que utilices no sean comedogénicos.
A diferencia de la piel grasa, la piel seca genera menos aceites naturales de lo normal, por lo que no mantiene un nivel adecuado de hidratación y se vuelve más sensible a factores como el frío y la resequedad del ambiente. Por eso, la piel seca necesita constante hidratación con ingredientes ligeros que no provoquen irritación.
Tienes piel seca si: Se ve opaca y frágil, tienes comezón o enrojecimiento en climas fríos, llega a tener un color grisáceo.
Rutina piel seca:
En la mañana: Lavar con jabón nutritivo, crema hidratante de textura densa, protector solar hidratante.
En la noche: Lavar con jabón nutritivo, aplicar una esencia hidratante que dé humedad a la piel, crema hidratante de textura densa.
Es el tipo de piel más común. Se caracteriza por exceso de grasa en la zona T (frente, nariz y barbilla) y resequedad en el resto de la cara. Por esto, puede llegar a ser complicado encontrar una rutina que controle el exceso de grasa y a la vez evitar la deshidratación; pero no, no es imposible.
Rutina piel mixta:
En la mañana: Jabón cremoso que controle grasa sin resecar, crema libre de aceite que no obstruya poros e hidrate, bloqueador solar ligero.
En la noche: Jabón cremoso, un suero de vitamina C para hidratar y proteger la piel, crema hidratante libre de aceite.
La piel sensible puede ser una consecuencia de tener la piel muy grasosa o muy seca. Factores como usar productos muy fuertes, cambios de clima, sobre-exfoliación, exposición al sol o consumo de ciertos medicamentos pueden provocar más sensibilidad en la piel.
Sus características son: signos visibles de sensibilidad como ardor, comezón, despellejamiento o enrojecimiento, produce malestar, es muy fina o delgada, su textura no es uniforme. Por esto, la piel sensible necesita productos muy ligeros y con ingredientes sencillos.
Rutina piel sensible:
En la mañana: Lavar con un jabón suave en crema que quite impurezas sin irritar, aplicar un serum calmante que aporte luminosidad a la piel, hidratar con crema ligera, muy importante usar protector solar.
En la noche: Lavar con un jabón suave en crema, aplicar aceite facial calmante, hidratar con crema ligera.
Ahora ya sabes cómo cuidarte con estas rutinas de skincare según tu tipo de piel.
