Doble limpieza: qué es y cómo incorporarla en tu rutina
No, el double cleansing no consiste en lavar tu cara dos veces para asegurar la máxima limpieza, sino en un paso extra que hará toda la diferencia en tu piel. ¡Conócelo!
Comenzar con la piel suficientemente limpia es necesario para que los sueros, tónicos y cremas puedan funcionar correctamente.
Cuando no limpiamos bien la cara es posible que las bacterias, células muertas, maquillaje y grasa acumulada, obstruyan la primera capa e impidan que los productos que utilizas hagan su trabajo. Por eso, tienes que conocer el double cleansing, un paso que se basa en limpiar dos veces la piel. ¡Te explicamos!
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¿Qué es el double cleansing?
Así como lo escuchas, es una limpieza doble de la piel . Pero ojo, esto no quiere decir que debes utilizar tu jabón dos veces, si no que hay que aplicar un bálsamo limpiador, un limpiador con aceite, algún tónico o agua micelar en un pequeño algodón y remover todo el maquillaje o bacterias que haya en tu cara para después, con un limpiador diario, masajear la piel y eliminar cualquier rastro de suciedad.
¿Cómo saber si el double cleansing es para mí?
La doble limpieza es ideal para todo tipo de piel, aún si es sensible, seca, mixta o grasa. Ahora, si te encuentras en el espectro de la piel seca, al remover la suciedad, podrás obtener grandes beneficios de tu crema hidratante. Si padeces acné, este paso extra podrá ayudarte a remover bacterias que causen los pequeños brotes e imperfecciones y, para las pieles con tendencia más grasa, el primer paso puede ayudarte a quitar el exceso de sebo.
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Beneficios de la doble limpieza
El primer beneficio que puede otorgarte este método es la profunda limpieza de tus poros para que el resto de tus productos puedan actuar mejor. También te darás cuenta que dos pasos simples son mejores que uno con una fórmula fuerte para combatir la sensibilidad y evitar la resequedad de la piel. Finalmente, puedes prevenir la formación de sebo y de grasa no deseada en tu piel.
Lo primero que tienes que hacer es elegir las fórmulas correctas para tu limpieza. Busca los limpiadores faciales que mejor vayan con tu tipo de piel y con la textura que más te agrade: desde el agua micelar hasta un bálsamo o gel, y el jabón facial de tu preferencia.
Ahora sí, es momento de iniciar la limpieza. El paso número uno será aplicar el primer limpiador, masajéalo por lo menos unos 30 segundos y retira con agua tibia para deshacerte de los restos de maquillaje, bloqueador, toxinas, contaminación y exceso de grasa. Después, con tu limpiador a base de agua, termina el segundo paso lavándote la cara como normalmente lo haces. Finalmente, aplica los productos que desees, como sueros hidratantes con ácido hialurónico y una crema para mantener todos los beneficios de esta doble limpieza, la cual es recomendada realizar durante la noche.
Un paso extra
Si quieres llevar tu rutina al máximo y disfrutar de todos los beneficios, entonces te recomendamos un paso más (ya que estamos en esas): el tónico . Úsalo después de tener la cara súper limpia, ya que son productos que ayudan con los residuos de suciedad, mientras combaten otras imperfecciones. Es perfecto aplicarlos ligeramente sobre la piel limpia y no olvides tener mucho cuidado con que no sea demasiado abrasivo, si no que ayuden a humectar y equilibrar el resto de la piel.