Desde que estoy en el mundo editorial hablar de botox ha sido un tema básico, sin embargo, debo reconocer que todo este tiempo tenía algo de miedo y no me atrevía a probarlo.
Y aunque tengo una rutina rigurosa de belleza hay algunas arrugas que aparecen a como dé lugar, así que bueno, después de darle muchas vueltas decidí que ya era momento de recurrir a esta técnica y aquí te cuento mi experiencia.
Ok. Lo primero que hay que tener claro es que el nombre correcto es toxina botulínica y botox es simplemente el nombre de una de las marcas, la cual se volvió tan famosa, que la gente le dio a esta técnica el nombre de dicha firma.
Otro punto que debes saber es que el famoso término de baby botox ¡es botox! Simplemente se dice así porque se aplica en pequeñas dosis, pero sigue siendo la misma toxina.
"Su función es inhibir una conexión que hay a nivel neuronal: Inactiva las neuronas que hacen que tu músculo se contraiga o se relaje. Esta relajación muscular puede ser absoluta o relativa. A mi me gusta más el efecto de ésta última pues el objetivo estético es que puedas mover el músculo sin que se arrugue. La cantidad que escogemos depende de las expectativas y necesidades de cada paciente", nos cuenta la doctora Paola Eraso.
Creo que éste era uno de mis mayores miedos y la verdad es que duele muy poco. Se siente simplemente como un ligero piquete pero nada que no puedas tolerar, además, la aplicación es súper rápida así que cuando menos te des cuenta ya habrá terminado.
Para empezar, el efecto no es inmediato, es gradual. Una vez que lo aplicas tardas entre dos y tres días para ver el resultado final . A mi me duró aproximadamente tres meses. Sin embargo, esto dependerá de cada persona y de cómo lo recibe tu organismo pero en promedio dura entre tres y seis meses. También debo decir que para mi esto es una buena señal, pues muchas de las dudas a la hora de ponerte botox es justamente por el temor de que la cara se vea paralizada, así que el tener certeza de que es absorbible es un gran punto a favor.
La re-aplicación se recomienda mínimo tres meses después a partir de la última aplicación, pues la idea es no permitir que el músculo recupere toda la fuerza y así ir retrasando la aparición de las arrugas. Y ojo, ¡no es adictivo!
100%. Además de eliminar las arrugas también te da ese efecto como de una piel más hidratada y glowy, logrando una apariencia mucho más rejuvenecida. Y cuando el cambio es tan sutil, la gente te verá mejor pero no sabrá que te hiciste. Sí, sí me pasó.
Esto es uno de los puntos más importantes, pues para asegurarte de que el resultado será el mejor es básico acudir con un especialista. Yo me lo apliqué con la Dermatóloga Paola Eraso en su clínica Copaiba y sí, es garantía.
Solamente el día que te lo aplicas durante mínimo cuatro horas (de preferencia 12) debes evitar cargar cosas pesadas, no tomar alcohol, no fumar ni tocarte la zona y evitar dormir las siguientes cuatro horas. Después de esto puedes seguir con tu vida completamente normal.
¡Es un 10 de 10!
