Si quieres evitar la aparición prematura de signos de la edad, manchas y lograr una piel sana durante mucho tiempo, es importante recordar que tienes que cuidarla y protegerla del sol teniendo en cuenta diferentes acciones.
Con esto no solo ayudarás a tener un glow impresionante sino que también vas a disminuir la probabilidad de tener algún riesgo de cáncer en la piel o de adquirir daños irreversibles.
¿Sabías que los rayos UVA y UVB pasan por las capas más profundas de nuestra piel, lo que puede propiciar un daño celular, afectándola más que nunca? Por eso, ahora es el momento perfecto para hacer consciencia y tomar en serio la cuestión de proteger nuestra piel. Así que no importa si empiezas ahora, seguramente en un futuro no tan lejano, lo vas a agradecer.
La diferencia entre bloqueador solar (físico) y protector solar (químico)
El bloqueador solar literalmente bloquea los rayos UV formando un escudo físico. En cambio, el protector solar tiene sustancias químicas que absorben los rayos UV antes de que la piel pueda hacerlo.
Aplicar protector o bloqueador solar a diario (aunque no salgas de casa) previene el daño solar al colágeno y los tejidos conectivos de la dermis. Los protectores solares contienen filtros que bloquean los rayos UVA y UVB, cuidando la piel
de irritación, enrojecimiento, resequedad, arrugas y alergias.
Para esto es necesario que el FPS (factor de protección solar) que utilices en tu día a día sea mínimo del 15. En caso de estar más expuesto al sol como sería en vacaciones en la playa, pasar mucho tiempo al aire libre o pasar más de dos horas de día en un avión, el FPS recomendado es de mínimo 30. Además recuerda que hay que re-aplicar dos veces más al día.
Si eres un amante del bronceado, tienes que tomar en cuenta que es necesario aplicar el bloqueador solar cada 4 horas para mantener tu piel protegida mientras adquieres ese tono radiante sin enrojecimientos o quemaduras.
¡Mucho ojo! Sin protección solar, los rayos UVB pueden penetrar más en la piel y causar quemaduras solares, así que sí o sí, tienes que asegurarte de tener una barrera protectora todo el tiempo, pues incluso la luz azul (aquella visible a los ojos y que está en pantallas) también genera un daño en la piel.
Evita estar expuesto al sol entre las 11 de la mañana y las cuatro de la tarde ya que los rayos solares son mucho más intensos en estas horas. Busca lugares con sombra, apuesta por sombreros y lentes y trata de exponerte lo menos posible al sol.
