No hay duda de que enero es una de las temporadas más frías del año, por lo que no podemos negar que esto afecta considerablemente al órgano más grande de nuestro cuerpo, pues es en estos días que la piel suele sentirse más acartonada de lo normal.
Para evitar la sequedad extrema, así como la descamación, asegúrate de tener los productos adecuados en tu rutina de belleza, pues esto también te ayudará a prevenir la aparición de signos de envejecimiento prematuros.
Las formulaciones de productos en crema están hechas a base de agua, así que aplicarlos en temperaturas extremadamente bajas puede ser contraproducente, ya que si el agua se congela, provocará que los capilares se rompan. Por eso, si te encuentras a temperaturas menores a los cero grados centígrados, los productos con texturas en aceite definitivamente son un infalible. Y sí, sabemos que muchas veces esta palabra puede asustar, sobre todo cuando tu piel tiende a ser grasa o mixta, pero tranquila, no es un aceite de cocina. Por el contrario, está comprobado que estas fórmulas regulan la producción de sebo, calman y ayudan a nutrir desde una capa mucho más profunda sin importar tu tipo de piel.
¿El resultado? Mayor elasticidad, luminosidad e hidratación , pero la mejor parte es que después de utilizarlos por un largo periodo de tiempo puedes empezar a ver cambios positivos en cuanto al tono y la textura de la epidermis.
Apuesta por el producto que mejor se adapte a tus necesidades, y ten en cuenta que también puedes utilizarlo en el pelo –de medios a puntas– y en todo el cuerpo, sobre todo para darle un shot de hidratación a aquellas zonas extra secas como codos, rodillas e incluso cutículas.
Ir poco a poco es la mejor forma de incluir un aceite en tu rutina diaria, por lo que no es necesario utilizarlo todos los días: puedes empezar por hacerlo de dos a tres veces por semana y analizar cuál es la respuesta de tu piel.
Otra opción es añadir un par de gotas en tu crema o suero y usarlo en conjunto. Ya sea solo o con otro producto, coloca una pequeña cantidad en las palmas de las manos, después haz una ligera fricción entre ambas y aplica de forma ascendente haciendo un suave masaje; de hecho puedes apoyarte de alguna herramienta, como el rodillo de jade para asegurarte de que penetre de la mejor forma. Además, utilizarlo después de la crema es un must pues te ayuda a sellar la hidratación.
Conviértelo en el paso número uno de tu tratamiento de noche; sólo toma en cuenta que antes de usarlo debes tener la cara cien por ciento limpia. ¿El paso final? Disfrutar de este tiempo que es sólo para ti.
