Hace no mucho los cubrebocas parecían ser solo una herramienta más de trabajo del personal del sector salud, cuando la pandemia llegó, éstos se convirtieron en nuestra arma de defensa, pues - después del confinamiento - el uso de las mascarillas es el más eficaz para evitar el contagio cuando estamos expuestos.
Aunque hoy sabemos que su uso es primordial para el cuidado de todos, no podemos negar que más de una vez nos ha hecho cuestionar nuestra paciencia, pues además de que no estábamos acostumbrados a su uso, a veces resulta molesto que las ligas pueden lastimarnos las orejas, nos empaña los lentes, nuestro maquillaje se queda en él, y sí… puede llegar a producir diferentes malestares como irritación y granitos.