Primero lo primero, ¿por qué hay un daño en la piel por el uso de cubrebocas?
La mascarilla causa un efecto oclusivo, sobre todo en las zonas que están en contacto con la piel (la mascarilla no toca todas las partes de la cara). Las zonas de roce se dan en la barbilla, nariz, mandíbula, cerca de la oreja, o bien, en todos esos puntos de contacto que son oclusivos gracias al cubreocas (hay mascarillas que tienen más o menos puntos de oclusión). Esos efectos físicos producen que el poro no respire bien generando entonces acné o rozaduras que desgastan la piel y hacen que la función de la piel como barrera disminuya, irritándola fácilmente.
Los materiales de los cubrebocas
Según la Dra. Farah, el material de un cubrebocas también es un factor que puede ocasionar que la piel sea más o menos susceptible a una irritación. Por ejemplo, los cubrebocas hechos con materiales quirúrgicos o con tela de algodón son los que menos provocan este tipo de efectos. Por otro lado, las mascarillas que están hechas con cierto tipo de telas sintéticas como el neopreno o derivados de neopreno pueden causar más irritaciones en la piel.
¿Cuál es el cubrebocas que los dermatólogos recomiendan usar?
La dermatóloga sugiere usar los cubrebocas KN95 debido a los materiales con los que están hechos y porque son los que tienen menos zonas de roce con la piel. Si no se cuenta con este tipo, lo mejor sería usar las clásicas mascarillas quirúrgicas de cuatro capas. Ojo, sabemos que muchos se han dado a la tarea de hacer su propio cubrebocas, en ese caso, la Dra. Farah recomienda usar algodón o intentar que la tela sea lo más natural posible, eso sí, si en una tela la luz se transparenta demasiado entonces no es recomendable en cuanto a protección.