Normalmente nuestra rutina de belleza está muy enfocada en el cuidado del pelo y la piel , pero debemos considerar otras partes del cuerpo que también puedan requerir atención especial, como las axilas, que además de aguantar la irritación por la depilación, soportan el uso del desodorante.
Es muy común que éste lo apliquemos al salir de bañarnos en la mañana o en la noche, de hecho casi lo hacemos de manera inconsciente, pero debemos tener en cuenta que este no es su uso más eficaz, pues al estar nuestra piel húmeda –aunque pasemos una y otra vez la toalla– se mezcla con el desodorante, impidiendo que el ingrediente activo se aferre a los conductos sudoríparos que es donde se necesitan.