Muchas veces escogemos una barra de labios porque está de moda, porque es de una de nuestras marcas favoritas o simplemente porque tener miles de lipsticks nunca será suficiente.
Pero, al llegar a casa, nos damos cuenta que el tono no es el ideal pues no hace match con nuestra piel y por lo tanto no nos hace sentir cómodas. ¿El resultado? Se queda arrumbado en nuestro tocador, hasta que descubrimos que ese color le queda más a otras personas.