Toma en cuenta que necesitas los siguientes elementos:
- Quitaesmalte y algodón
- Un palito de naranja (de madera)
- Un recipiente con agua tibia
- Azúcar y crema hidratante
- Lima de uñas
- Esmalte de uñas: base transparente, color y top coat
Ya que tengas todo listo entonces es momento de empezar con el paso número uno. Moja un pad de algodón con el quitaesmalte y pásalo por todas las uñas, así tendrás la certeza de que no queda ningún rastro de pintura de uñas pasada.
Llena la mitad de un recipiente pequeño con agua tibia, mete los dedos durante unos cuantos minutos, sécalos y retira la cutícula con el palito de naranja. Hazlo con mucho cuidado para no lastimarte y, si consideras que no tienes demasiada entonces déjala tal y como está, pues el quitar constantemente la cutícula puede hacer que te salga más gruesa de lo normal.
Utiliza una lima para darle forma a las uñas: pueden ser redondas, almendradas o cuadradas para las manos y, te recomendamos que para los pies, sean lo más cortas posible. Si además de la lima tradicional tienes una para pulir, entonces este es el momento de sacarles todo el brillo.
Aquí llegamos a nuestro paso favorito: la exfoliación. La idea es deshacerte de todas las células muertas y lograr que la piel esté mucho más suave. ¿Cómo lograrlo? En un bowl vierte una cucharada de crema hidratante y media de azúcar o residuo de café molido. Mezcla muy bien, aplica en todas las manos haciendo un ligero masaje y retira con agua tibia o una toalla húmeda.