1. Desmaquíllate bien
Para que tu mascara se adhiera correctamente a tus pestañas es súper importante que éstas se encuentren lo más limpias posible, así que cuando te desmaquilles hazlo a conciencia intentando eliminar todo rastro de producto. Utiliza un pad de algodón para desmaquillar y mójalo con un poco de aceite bifácico, colócalo en los ojos cerrados haciendo una ligera presión en éstos y por último desliza hacia abajo. Repite el procedimiento las veces que sea necesario hasta que las pestañas queden sin producto.
2. Sí al polvo traslúcido
Antes de poner el rímel aplica un poco de polvo traslúcido en las pestañas. Puede parecerte raro pero es más efectivo de lo que crees, pues así lograrás que el producto se quede en su lugar en todo momento, pero la mejor parte es que estarás dándoles muchísimo volumen (claro que no hay que abusar del polvo pues tampoco queremos grumos, simplemente será una capa).
3. Usa una mascara que sea de larga duración
No hay duda de que un rímel con esta característica hará toda la diferencia. ¿Nuestra favorita?, la Grandiôse Waterproof de Lancôme, sobre todo porque tiene un aplicador mágico mejor conocido como "cuello de cisne", el cual te ayuda a aplicar producto en todas las pestañas de una manera uniforme y sin dejar grumos para tener unas pestañas XL.