Mito: las grasas engordan
Por más de 50 años, hemos creído que el consumo de grasa, no sólo es nocivo, sino letal. Es necesario saber que no es la causa de todos nuestros males; de hecho, te puede ayudar a quitarte unos kilitos de encima. Esta percepción errónea existe por dos principales razones:
La primera, de miedo, es que la causa número uno de muerte en el mundo son las enfermedades cardíacas. Éstas, son derivadas de la falta de ejercicio, tener sobrepeso y una mala dieta. En su momento, los altos niveles de colesterol y otros padecimientos cardiovasculares como presión alta, fueron correlacionados directamente con la ingesta de productos con altos contenidos de grasa. Productos como la mantequilla, los aceites e incluso el huevo, fueron enviados a la lista negra.
La segunda, es que las grasas tiene mayor aporte calórico que cualquier otro macronutriente (carbohidratos y proteínas). Efectivamente proporcionan más energía a nuestro cuerpo; sin embargo, no significa que las grasas que ingieras literalmente se acumulen en tu cintura. Existe un proceso metabólico para todo lo que consumes y sin entrar a detalle, lamento informarte que la mayor causa del exceso de grasa en el cuerpo, proviene del consumo excesivo de carbohidratos.
Por estas razones, durante las últimas décadas todo lo fat-free y light era sinónimo de saludable. Sin embargo, es ahora cuando existe más gente con sobrepeso y muertes por ataques al corazón ¿contradictorio?
Las grasas no engordan; de hecho, son necesarias y saludables para nuestros cuerpo. Son parte importante y vital de una alimentación sana. Son una excelente fuente de energía, proveen al cuerpo ácidos grasos vitales como el Omega 3 y son un agente para la absorción de vitaminas liposolubles. También mejoran el sistema inmunológico y neurológico, ya que el cerebro está formado mayormente de grasa y colesterol. Y, ¿cómo te pueden ayudar a perder peso? Hacen más lenta la absorción de las comidas, “quitándote” el hambre por más tiempo y afectan la producción de hormonas, acelerando o desacelerando el metabolismo.
Tienen muchas funciones vitales por lo que es muy importante el tipo de grasas que consumes. Básicamente, existen grasas “buenas” y “malas”.
Las grasas malas Son grasas saturadas encontradas en carnes rojas, pieles de animales y lácteos como el queso. Éstas deben consumirse con mucha moderación y procurar que sean de buena calidad. Las peores son las grasas Trans artificiales que se usan en infinidad de productos procesados y fritos como galletas, margarinas, helados y snacks empacados. Evítalas al máximo ya que éstas sí están relacionadas con la obstrucción arterial y las enfermedades cardiovasculares.