Seguramente has escuchado más de una vez el término clean beauty, pero antes de que te enamores de un concepto nada más porque sí, es necesario que conozcas realmente lo que significa y, con base en ello, decidas si sí quieres incluir productos con estas características en tu rutina de belleza.
Ftalatos, colorantes, siliconas y parabenos son algunos de los ingredientes que se utilizan en las marcas cosméticas. Se ha comprobado que algunas de estas sustancias no son las mejores para el organismo e incluso una que otra podría entrar en la categoría de tóxicos.
Considerando que la piel absorbe todo lo que le apliques, las líneas de “belleza limpia” han eliminado dichos elementos de sus fórmulas, utilizando únicamente ingredientes completamente naturales.
Obviamente no existe ningún tipo de pruebas en animales y mucho menos se utilizan ingredientes derivados de éstos, todo gracias a la posibilidad de hacer testeo en células de piel humana y tejido en laboratorios.
Los procesos para elaborar estos productos no solo son responsables con la piel, sino también con el medio ambiente. Sus fórmulas, empaques y hasta la distribución no perjudicar a nuestro planeta. Así que no es solo que los envases estén hechos con material reciclado, pues todo el entorno es sustentable.
Para que una línea de cosméticos clean beauty pueda distribuirse es necesario cumplir con los controles de seguridad correspondientes de cada país.
Si encuentras una marca de este rango en tu tienda favorita, significa que lo que dice en su empaque y su filosofía de marca es cierta y que, además, sí o sí, tuvo que pasar por un proceso de pruebas y muchas investigación.
Otra característica es que las etiquetas de los empaques dicen exactamente los ingredientes y la cantidad que hay en cada producto. Así sabrás qué es lo que estás aplicando al órgano más grande de tu cuerpo.