Existe una frase popular que dice: “La vida es un instante” y nadie debe entenderlo mejor que un atleta olímpico. Aunque un ciclo olímpico dura cuatro años, la oportunidad de trascender y buscar la inmortalidad en lo más alto del deporte dura apenas unos segundos.
Las historias detrás de las atletas que representaron a México en París 2024
El complicado camino hacia unos Juegos Olímpicos
Aunque el podio suele percibirse como la gloria máxima deportiva, asistir a una justa veraniega es de por sí ya toda una hazaña. En el mundo vivimos cerca de 8 mil millones de personas. De esa cantidad, solo un 4% de la población realiza alguna actividad física o ejercicios diseñados para mejorar su salud y forma física. De ese número, se desprende un reducido grupo al que se les considera deportistas de élite o de alto rendimiento.
Personas que respiran y viven el deporte como nadie, que entrenan todos los días del año para ser los mejores en sus respectivas disciplinas. Aún así, no todos ellos tienen la oportunidad de asistir a la cita más importante del deporte: solo 10 mil atletas asistieron a París 2024; de ellos, 109 son mexicanos.
Solo repasando estas impresionantes cifras es como se puede dimensionar lo que significa ser parte de la delegación olímpica mexicana, que por primera vez, tuvo una representación femenina mayor. Con todos estos datos en mente, es que nos encontramos frente a frente con cuatro deportistas que representaron con orgullo a nuestro país en la capital francesa: Alegna González, de marcha; Cecilia Tamayo, velocista; Samanta Rodríguez, de natación artística y Ahtziri Sandoval, de gimnasia.
La conexión entre las atletas olímpicas mexicanas
Las acompañamos a un merecido descanso al Caribe mexicano, con la intención de conocerlas de cerca y fuera de su rutina habitual: sin el cansancio de un entrenamiento previo o la presión de la siguiente competencia. Solo ellas y uno de los destinos más espectaculares del mundo por los siguientes cuatro días.
¿Qué tan grande es el nivel de concentración en unos JO? Bueno, aunque ellas se han visto algunas veces o reconocen sus nombres, esta es la primera vez que tienen la oportunidad de platicar a fondo. Partiendo de distintas partes del país, nos reunimos en Palafitos Overwater Bungalows, el bellísimo hotel encargado de organizar esta experiencia.
Con una de las playas más bonitas del mundo frente a nosotros y el mar debajo de nuestros pies, pues los palafitos son construcciones únicas en su tipo que se elevan sobre el agua, nos instalamos en nuestras increíbles habitaciones. Exclusivos bungalós que cuentan con todas las amenidades posibles para desconectarse del mundo. Además de un detalle que nos enamoró: pisos de cristal que permiten apreciar el turquesa característico del caribe a cualquier hora del día.
El lado más íntimo detrás de París 2024
Ya en la cena, cada una comparte sus recuerdos más íntimos de París 2024. La inauguración, la villa olímpica, las competencias, las sensación de un estadio a reventar y uno que otro gossip del atletismo en México (que por supuesto nos llevaremos a la tumba). Todo aquello que no se ve en las pantallas de televisión.
Todas parecen coincidir en una cosa: lo más complicado para un atleta de élite es la rutina. “Hacer todos los días lo mismo, es muy pesado. Algo que a mí me marcó muchísimo fue tener que dejar mi vida en Chihuahua para vivir en CDMX. Dejar a mi familia, amigos, la comida que me gustaba. Fue algo que me ponía muy triste y que trabajé con los años”, nos cuenta Alegna, quien terminó en la quinta posición en la disciplina de marcha.
“Mi parte favorita es que me demuestro a mí misma que puedo superar nuevos retos. El simple hecho de poder decir que hoy soy uno por ciento mejor que ayer, me inspira”, añade Cecilia Tamayo, quien corrió 100 y 200 metros planos.
Hablando lo que se llevarán para siempre de estos Juegos Olímpicos, Samanta comenta con una sonrisa: “Convivir con todas mis compañeras. Tenemos muchas competencias juntas, pero estar ahí con ellas luego de buscar la clasificación por más de 10 años, fue lo mejor”.
Si alguien vivió una montaña de emociones en París fue la gimnasta Ahtziri Sandoval, quien ha confesado que no quedó satisfecha con su participación, muestra de la alta exigencia que tiene consigo misma. A pesar de ese sabor agridulce, la tapatía vivió un increíble momento al comprometió al pie de la Torre Eiffel con su novio Julio Torres.
“Después de mi participación en los Olímpicos me quedé encerrada en una burbuja de negatividad. Cuando llegué aquí esa burbuja se rompió. Platicar con otras atletas que tuvieron una experiencia diferente a la mía en París me ayudó mucho. Me llenó de motivación para otros juegos. Me llenó de esa fuerza para seguir entrenando”, nos contó sobre la convivencia con sus compañeras atletas.
Seguirle el paso a cuatro deportistas de alto rendimiento, en toda la extensión de la palabra, es complicado. Kayak, snorkel, motos acuáticas y hasta una visita al parque acuático de Nickelodeon fueron parte del itinerario. Poder reír sin preocupaciones y disfrutar de un momento de pura diversión es algo sumamente valioso, necesario para ellas. Es difícil saber si lo perciben, pero todos los que estamos a su alrededor en este viaje, sentimos un profundo orgullo por su labor.
Reconocimiento a quien reconocimiento merece
Un orgullo que debe manifestarse todos los días. No solo con palabras de aliento, sino con todo el apoyo que sea necesario. Con lo mejor de lo mejor para que ellas y todo el resto de los deportistas mexicanos puedan dar lo mejor de sí en Los Ángeles 2028. Porque estos atletas son mucho más de lo que se ve en esos minutos que dura una competencia, son más que un comentario negativo en redes sociales que no entiende el trasfondo y el compromiso de una vida dedicada enteramente al deporte. Ellos representan lo que está bien en México y el ejemplo que deben seguir las futuras generaciones, se dediquen o no a una disciplina deportiva.
Este viaje fue un recordatorio de que, detrás de cada búsqueda por una medalla, hay mujeres y hombres con historias que valen más que oro. Y aunque París ya quedó atrás, su futuro luce tan brillante como el sol que nos acompañó en estos días.