El estadio Akron en Zapopan se ve desde la carretera, rodeado de vegetación que trepa por sus paredes exteriores que lo hacen ver como un volcán que inspiró su construcción. Vehículos y personas caminando que buscan llegar hasta su interior dan la postal perfecta de este espacio diseñado por Jean Marie Massaud y Daniel Pouzet. Pero lo interesante de este edificio deportivo está también al interior.
Y no nos referimos solo a la cancha y las gradas. Se trata de un espacio único en el fútbol mexicano. Ningún estadio en nuestro país, nos informan, tiene un Hospitality al nivel de los que maneja la FIFA en sus encuentros mundialistas.
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Son los minutos posteriores a los 90 reglamentarios y Yael Padilla Sandoval conecta el quinto gol que le da la victoria absoluta al equipo de Chivas frente a FC Juárez. Cuando el silbato marca la señal de término, todo el conjunto corre a los vestidores y las familias de los jugadores y el equipo técnico no van al estacionamiento como regularmente harían.
Una comida, música y un espacio de espera está habilitado al final del pasillo que conecta con los vestidores para que las familias puedan esperar al equipo mientras terminan. Es una tarde argentina en honor al cuerpo técnico del equipo que, en su mayoría, son de ese país, comenta Azucena Cervantes, gerente de Relaciones Institucionales y Medios de Presidencia de Grupo Omnilife Chivas y encargada de este proyecto único. Una espera que podría prolongarse más allá de los minutos que dura un medio tiempo.
Las familias se reúnen en el Hospitality de Chivas en el estadio Akron. (Fernanda Isidro @ferisidroo)
En este espacio es que nos encontramos con Andrea, Aletia y Juliana las esposas de el “Chapito” Sánchez, el “Pollo” Briseño y Fernando Gago, respectivamente. Llevan puesta la camiseta y están, junto a sus hijos, a la espera de que los jugadores salgan de las regaderas.
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“Cada vez que hay un triunfo, nos sentimos bien, súper contentas” coinciden. Este es uno de esos días, pues el triunfo 5 a cero ha sido contundente.
“Nuestro rol es apoyarlos y ser ese respaldo, tanto cuando les va bien como les vaya mal. Sufrimos muy similar a ellos en las derrotas y en las victorias”, comparte Andrea y a su voz se suma Aletia, “obviamente si nos pega cuando hay derrotas porque se ve muy reflejado en ellos. Mi marido sale enojado y triste, repite el partido mil veces, ve los errores. Cuando ganan para mí todo es mucha felicidad, mucha paz y puedo salir a cenar tranquilo y convivir”.
En el Hospitality de Chivas, los jugadores conviven con familia y fanáticos. (Fernanda Isidro @ferisidrooFernanda Isidro @ferisidroo)
El caso de Juliana es diferente. Ella lo vive desde la parte técnica pero coincide. “Se sufre, se es feliz, es una mezcla de todo, vamos aprendiendo con el día a día, cómo es la dinámica y acostumbrarte a saber si puedes vivir con eso, porque es vivir con incertidumbre todos los días, vivir el día a día y todo a última. No puedes planear.
Las emociones que narra la una, son similares a la otra. Por eso este espacio de reunión se ha vuelto importante para ellas. Aquí pueden verse, platicar, compartir experiencias y es una distracción para sus hijos también.
“Esta parte se convierte en familia, de amigos, hay mucho más unión. Sí, a mí como extranjera sobre todo te sentís mucho más acogida por la calidad de todos. Lo lleva fuera de la cancha al involucrarnos a las esposas y entonces así poder conocernos entre cuerpo técnico y las esposas de los jugadores, por ejemplo. Señala Juliana.
Sus hijas e hijos les reclaman. Nuestras tres entrevistadas regresan al Hospitality y la convivencia continua. Los jugadores con maleta al hombro llegan al salón. Saludan, dan algunos autógrafos, firman playeras y se despiden. Al salir del estacionamiento un grupo de fanáticos les gritan a los vehículos esperando que la ventanilla se baje y un saludo de sus ídolos deportivos suceda. Tenemos suerte, no hay tráfico a la salida del estadio.
