La noticia de que Elon Musk había dado la bienvenida a gemelos con una ejecutiva de su compañía Neuralink animó a su papá Errol Musk a hacer su propia confesión: que tiene un segundo hijo secreto con su hijastra de 35 años, Jana Bezuidenhout.
Para entender mejor: ¿por qué Elon Musk tiene sobrinos que son sus hermanastros?
¿Quién es quién en la familia Musk?
Para comprender quién es quién en este complicado árbol genealógico hay que remontarse a la infancia del fundador de Tesla en Sudáfrica y al divorcio de sus papás en 1979, cuando aún era un niño.
Tras separarse de la modelo Maye Haldeman, con quien tuvo tres hijos -Kimbal, Tosca y el propio Elon-, Errol se casó con una viuda que aportó otros dos hijos al matrimonio. Así fue como conoció a Jana, que tenía tan solo cuatro años cuando él se convirtió oficialmente en su padrastro. Eventualmente Errol se divorció también de su segunda esposa, la mamá de Jana, tras casi dos décadas de vida en común, y en 2017 toda su familia se quedó en shock al descubrir que él había dejado embarazada a su hijastra. Fruto de ese romance nació un niño llamado Elliot Rush; 'Rushi' para la familia.
El fundador de Tesla fue se mostró en contra dee la noticia, que terminó de romper la relación entre papá e hijo.
Con 8 años, Elon decidió dejar a su mamá y hermanas para mudarse con Errol porque le daba pena imaginarlo viviendo solo, según explicó en varias ocasiones. Esa fue, en su propias palabras, una decisión pésima porque no comprendía el tipo de persona que era su papá. En una entrevista con la revista Rolling Stone lo definió como un "ser humano terrible" que siempre tenía "planes diabólicos perfectamente elaborados".
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"Ha cometido casi cualquier crimen que te puedas imaginar", añadió sin entrar a dar detalles.
El propio Errol confirmó ahora que sus hijos mayores aún no lo han perdonado por su relación con Jana: "Sigue sin gustarles. Para ellos es raro. Se trata de su hermana, o medio hermana". El nacimiento de su segundo bebé en común, una niña cuyo nombre no ha trascendido, no estaba planeado porque la diferencia de edad de 41 años que existe entre la pareja complica mucho la convivencia.
"No resulta práctico. Ella tiene 35 años. Eventualmente, si todavía sigo vivo, puede que acabe volviendo conmigo", aseguró para dejar abierta la puerta a una reconciliación. Errol también reconoce que no tiene paciencia para compartir su casa con dos niños pequeños y que la última vez que lo fueron a visitar en Sudáfrica durante unos pocos días acabaron poniéndolo de nervios: "Aunque luego les echo de menos en cuanto se marchan".