Desde hace un tiempo la industria se queja de lo que ella misma fomentó, intercambios de productos y servicios por menciones en cuentas en redes sociales con miles de seguidores que al final no necesariamente se convertirían en consumidores, pero que generaban una expectativa en quienes cerraban tratos con productores de contenido.
La fórmula que también probó su valía en ciertos casos se está desgastando y ahora con la democratización de Instagram, Facebook y Twitter, varios consideran que pueden ofrecer dar a conocer entre sus followers alguna oferta culinaria u otros bienes y recibir "una muestra gratuita" a cambio.