El tiroteo fue el más mortífero desde el de Sandy Hook en Connecticut en 2012, en el que murieron 20 niños y seis empleados.
La Casa Blanca ordenó que ondearan banderas a media asta por las víctimas, cuyas muertes provocaron una ola de conmoción.
"Ya basta", dijo la vicepresidenta, Kamala Harris. "Nuestros corazones se siguen rompiendo. Tenemos que tener el coraje de actuar", agregó.
El gobierno de México lamentó el "trágico incidente" y condenó "enérgicamente" este acto de violencia.
"México extiende su más sincero pésame a todas las familias afectadas y ofrecerá todo el apoyo consular a las personas mexicanas que así lo requieran", dijo en Twitter.
Más de 500 niños, casi el 90% de ellos hispanos, estudiaron en la escuela durante el año escolar 2020-2021, según datos estatales. El centro educativo, que tiene más de 500 alumnos de segundo a cuarto grado, en su mayoría hispanos y económicamente desfavorecidos, pidió a los padres que no recogieran a sus hijos hasta que se hubiera contabilizado a todos.
El senador Ted Cruz, un republicano de Texas, tuiteó que él y su esposa estaban orando por los niños y las familias "en el horrible tiroteo en Uvalde".
Este mes hubo otros tiroteos masivos en Estados Unidos. El 14 de mayo, un joven de 18 años, autoproclamado supremacista blanco, asesinó a tiros a 10 personas en una tienda en Buffalo, Nueva York, en una zona de gran población afroestadounidense.
Al día siguiente, un hombre que dijo estar "molesto por las tensiones políticas entre China y Taiwán" disparó contra la congregación taiwanesa-estadounidense en una iglesia en Laguna Woods, California, matando a una persona e hiriendo a cinco.