“Marco y solamente me dicen ‘ya van de camino’. Por ahí del miércoles me consiguieron unos patines. La bota sí era igual a la que yo uso, pero la cuchilla era diferente. Me dijeron ‘es lo más parecido que hay’.
“Intenté hacerlo y dije ‘bueno si no llegan mis patines, voy a hacer el mayor esfuerzo de competir con esto’. Pero tuve muy poco tiempo para adaptarme y la verdad es que cuando estaba patinando sí sentía que incluso estaba poniendo un poco en riesgo mi salud y dije ‘¿Sabes qué? No vale la pena’”, relató.
Donovan Carrillo decidió entonces que si llegaban sus patines a las ocho de la mañana del jueves, para poder competir a las diez de la mañana, el día jueves, los iba a cambiar para salir a la pista.
“Desgraciadamente no llegaron sino hasta el día siguiente, así que hablé con las personas que se tienen que avisar por parte de la competencia y decirles que sentía mucho, pero no podía patinar con algo con lo que estuviera poniendo en riesgo mi salud”, afirmó Donovan.