El empresario ruso Roman Abramovich, dueño del Chelsea FC, será uno de los mayores damnificados por las sanciones que el Reino Unido ya impuso a las finanzas de varios de los oligarcas que residen en el país y que, según datos del gobierno británico que se han filtrado en las últimas horas, mantendrían fuertes conexiones con el régimen ruso de Vladimir Putin.
Dueño del Chelsea no podrá volver a UK por sus conexiones con Putin
Esas penalizaciones se reforzarán en los próximos días a raíz de la invasión rusa, iniciada en la madrugada de este jueves, de varias ciudades del este de Ucrania y de los ataques registrados en la capital del país, Kiev. En lo que respecta a Abramovich, quien lleva una larga temporada en el radar de las autoridades británicas a cuenta de sus supuestas prácticas corruptas y de una disimulada colaboración financiera con el Kremlin, su castigo implicaría entre otras cosas no poder vivir en el Reino Unido.
La prohibición de residir en el país podría unirse, como está exigiendo la oposición laborista al ejecutivo de Boris Johnson, a la congelación de todos sus activos económicos y a la toma de sus numerosas propiedades inmobiliarias, sin olvidar que también se le retiraría su más preciada posesión deportiva, el Chelsea: un equipo que en 20 años ha pasado de tener un protagonismo testimonial en la Premier League a erigirse como uno de sus máximos exponentes.
Tan destacable como su papel de máximo propietario del Chelsea es el hecho de que Abramovich cuenta con una imponente mansión en el exclusivo barrio de Kensington, valorada en más de 166 millones de dólares y a la que el magnate no ha vuelto en meses. Igual de impresionante es su amplia colección de yates: 'Solaris', cuyo valor se estima en unos 600 millones de dólares, es sin duda la joya de la corona, ya que está equipado con su propio sistema de detección de misiles.