“En eso no hay la más remota duda, eso no es interpretable, eso ya es llevar al extremo las ganas de hacerme daño. Hasta yo recomiendo que si te dan una bofetada pongas una denuncia penal, cosa que yo no tengo. Eso es absurdo, barbárico, increíble, doloroso”.
Andrés Roemer afirmó al diario que de estas acusaciones ha aprendido dos cosas: “Que probablemente tengo enormes enemigos y que, con independencia de mi caso, es imprescindible que en las escuelas, en las universidades, en los foros formales e informales, hay que enseñar (a los hombres) a superar y madurar”.
Según el escritor, estos enemigos son altos ejecutivos de Grupo Salinas, quien supuestamente quieren apartarlo del negocio, ejecutivos que por cierto, son también conocidos de la bailarina Itzel Schnaas o su familia.
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