Era el tercer juego de los cuartos de final de la Copa del Mundo de México 1986, a la 13:06 horas, con 114 hinchas en el Estadio Azteca Diego Armando Maradona haría historia, con su alta dosis de polémica, pero que le valdría el triunfo que lo acompañó hasta el final de su vida, hoy a los 60 años: el gol La Mano de Dios.
Aquel 22 de junio Maradona metió dos tantos a la England national football team; el primero con su mano izquierda, tras sortear los dos metros de altura del arquero Peter Shilton, y darse cuenta de que no lograría la anotación con la cabeza. El árbitro central y el juez de línea lo validaron y llegó así su gol inmortal.
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Las fotografías del mexicano Alejandro Ojeda Carbajal y del argentino Eduardo Longoni —que confesaría captó por error— darían cuenta de esa mano "bendita" para muchos e "infame" para otros tantos; pero "el milagro" estaba hecho y le ganó a su autor un lugar preponderante en la historia, no sólo del futbol, sino de la cultura popular.
México fue tierra de suerte para Diego y su número 10; en ese mismo partido, con un peso no sólo en la cancha sino casi político, cuatro años antes los dos países que se enfrentaban en la justa deportiva se habían batido en el campo de guerra por las Islas Malvinas, consiguió otra anotación, considerada una obra de arte: El Gol del Siglo.
Considerado hasta hoy como el mejor gol visto en un mundial, Maradona controló el balón 60 metros (desde el centro de la cancha hasta la portería); después del pase de Héctor Enrique dejó atrás a Peter Beardsley, Peter Reid, Terry Butcher (dos veces) y Terry Fenwick, y una vez más superó a Peter Shilton para marcar el 2-0 del partido.
"(Héctor) Enrique me la da lejos del arco. Tengo la suerte de encarar y ver a los ingleses que no me podían agarrar. No podían llegar a la pelota. Cuando lo veo dudar a Fenwick, le tiro la pelota adelante y me quiere meter la mano, pero yo venía a 100 por hora. A mí no me paraba nadie.
"Cuando voy a patear, lo veo a Shilton que me tapa todo el arco. Le amago, la juego cortita, queda despatarrado y pateo. Siento ahí una patada de Butcher en el tobillo derecho que la alegría del gol no me hizo sentir dolor. Después tenía el tobillo todo hinchado", recordó Diego, en un documental de FIFA.
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A su paso por las escuadras de Argentina Juniors, Boca Juniors, el Nápoles o el FC Barcelona logró tantos considerados verdaderas obras de arte en lo deportivo, que hoy son recordados con nostalgia, mientras el mundo llora la muerte de uno de los "dioses paganos más imperfectos". A la par de su gloria atlética, sus excesos le pasarían factura.
El 17 de marzo de 1991, mientras jugaba para el FC Barcelona dio positivo por cocaína en un control tras un partido de la liga italiana frente el Bari, tras su inhabilitación de 15 meses, regresó a Argentina, donde el 26 de abril de ese mismo año fue detenido, en Buenos Aires, junto a un grupo de amigos con drogas en su poder.
Tras disputar un partido contra Nigeria en el Mundial de Estados Unidos, el 25 de junio de 1994, dio positivo por efedrina y una vez más fue sancionado con 15 meses de suspensión, el 24 de agosto por la FIFA. En 1996 decidió internarse en la Clínica Psiquiátrica de Bellelay, en Berna, Suiza, para tratar sus adicciones.
El tercer positivo de su carrera se dio el 28 de agosto de 1997, fue durante el control efectuado cuatro días antes del partido de Boca frente a Argentinos Juniors. El 30 de octubre de ese año, a los 37 años Diego decidió retirarse como jugador profesional; el 25 de octubre disputó su último partido.
Tenía 24 años cuando consumí droga por primera vez. En Barcelona. Ha sido el error más grande de mi vida
Diego Armando Maradona, futbolista
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Uno de sus escándalos más sonados fue el que protagonizó en 2017, al lado de su novia de aquel entonces, Rocío Oliva, quien pidió al gerente de hotel que llamara a la policía por lo violento que se puso Diego. Poco después ella desestimó la acusación y para el abogado del futbolista todo quedó en una "típica pelea de pareja".
Sus conflictos con la prensa también son famosos, durante el Mundial de Estados Unidos corrió a los periodistas que cubrían su concentración con un rifle de aire comprimido, que hirió por lo menos a dos profesionales de la información, por este hecho fue condenado a dos años de cárcel y a indemnizar a los afectados.
La paternidad no reconocida fue otro de los rumores que siguió a Maradona toda su vida, en Italia un juez determinó que era el padre biológico de un niño a quien no reconoció sino hasta 24 años después. Al menos otras seis mujeres aseguraron que tenían hijos del astro argentino.
Hace dos años, durante el Mundial 2018, en Rusia, en un partido en el que apoyaba a la Selección Argentina, que jugaba contra Nigeria, a El Pelusa, como lo llamaban de cariño, lo captaron en varias situaciones bochornosas: exaltado, dormido, insultando y con un sospechoso polvo blanco en sus manos.
Hoy la vida de un grande se termina, pero su leyenda a penas nace, el deportista detrás de La Mano de Dios y de El Gol del Siglo fue imparable en las canchas y en su vida cotidiana cometió errores y se expuso a excesos que no lo perdonaron, pero pese a todo es parte fundamental ya del ideario colectivo de varias generaciones ¡Descanse en paz!
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