Michelle Obama había declarado en septiembre que aunque ella y su esposo estaban disfrutando de la cuarentena al lado de sus dos hijas, Sasha y Malia, tanta convivencia tenía algunos puntos débiles debido a la ansiedad cosa que en algún punto hizo que todos estuvieran un poco hartos de verse las caras a diario.
“Creo que primero nuestras hijas se cansaron un poco de nosotros, lo cual estuvo bien porque estábamos bastante hartos de ellas… Y así comenzó el verano, y luego pudimos estar afuera un poco más y llegamos al viñedo, donde todavía estamos, por lo que hay más espacio para deambular y eso nos ayudó”, contó la ex primera dama de Estados Unidos en una entrevista con Conan O’Brien.