Sumando ayuda: La iniciativa de una mexicana en medio de la catástrofe

En medio del miedo y la incertidumbre, la Fundación Origen, bajo el mando de Mariana Baños, abrió sus oficinas como un centro de acopio para apoyar a las comunidades más afectadas durante el sismo del 19 de septiembre de 2017. “Fue impresionante ver la cantidad de personas y voluntarios que llegaron; además de las toneladas de ayuda que reunimos entre todos”, contó la fundadora. Además, agradeció por la confianza que las personas depositaron en su institución y la respuesta de los mexicanos ante la catástrofe. Pero, ¿cuáles fueron los resultados? Lograron juntar y entregar más de 700 toneladas beneficiando a más de 55 mil familias por medio de alianzas clave con motociclistas, pues era la forma más efectiva, veloz y precisa para mandar la ayuda, tomando en cuenta la urgencia en cuanto a medicamentos.

El proceso fue largo y tedioso, pues primero tuvieron que analizar e investigar la magnitud y consecuencias que temblor había dejado, para que posteriormente tomaran acción sobre las decisiones estratégicas. Así fue como comenzaron el llamado de acopio por medio de la Línea de Ayuda Origen, ofreciendo (de igual manera) auxilios psicológicos y emergencia humanitaria. “Recibimos llamadas donde nos decían que no podían dormir, que tenían miedo de salir o de estar en su casa y estaban en estado de alerta constante, con mucha ansiedad”, platicó Mariana. Además, organizaron brigadas hacia Estados afectados hacienda diagnóstico de la situación, ordenando así las prioridades de atención en cada destino: Oaxava, Juchitán, Ixtaltepec.

Asimismo, crearon alianzas clave con empresas para generar diagnósticos más profundos, logrando así la reconstrucción de viviendas, la rehabilitación de traumas psicológicos y la recuperación de la economía local. El objetivo era preparar a la población para ser resilientes ante futuros desastres naturales, en donde la cabeza de grupo, Mariana, afirmó haber sido un trabajo en equipo muy duro y organizado. “Nos unimos cientos de voluntarios, la oficina y un patronato comprometido, quien dio respuesta a la organización y logística del acopio y entrega. Cada camioneta o camión que llenábamos sabíamos a qué comunidad iba, a quién se le iba entregar, se tomaban fotos y conocíamos exacto qué habíamos mandado”, confesó.

Para terminar, Mariana declaró que su reto más importante consistió en lidiar con la tristeza y los momentos de desesperanza, pues el sentir el sufrimiento y ser testigo de tanto caos es causa de una impotencia con la que tenían que luchar día a día. Sin embargo, finalizó añadiendo que había sido marcada por la unión y la solidaridad de los mexicanos, resaltando haber visto a un México que de los escombros sacó fuerza para reconstruirse. “Increíble el compromiso de la gente que aún hoy no hay suficientes palabras para agradecer su tiempo, esfuerzo, lagrimas, sonrisas y abrazos”, concluyó.