El nuevo comedor comunitario Alsea en Oaxaca
Son las once de la mañana de un miércoles. En esta cocina, Cecilia y Trinidad, junto a un grupo de madres de familia, preparan los alimentos del almuerzo. El agua de jamaica ya está en vasos esperando por los comensales que no tardaran en cruzar por la puerta. Pasta, sopa de frijoles y ensalada de zanahoria con lechuga “romanita” complementan el menú. Este es el primer día que el comedor comunitario La Unión, recibirá a los pequeños escolares de Santa Rosa de Lima, una comunidad cafetalera en el estado Oaxaca. Hoy se inaugura este proyecto, un resultado del trabajo en conjunto de la fundación Alsea, el Fondo para la Paz y BORDA las Américas que busca atacar la inseguridad alimentaria en los menores.
Ivonne Madrid, al frente de fundación Alsea, recuerda que en 2012 se propusieron habilitar diez comedores comunitarios en un plazo de 5 años para garantizar la seguridad alimentaria en comunidades vulnerables pues creían que dado la naturaleza de negocio de las empresas que integran a la operadora de restaurantes, su vocación por atender los problemas de alimentación “hacía todo el sentido”. Hoy ese plazo se cumple satisfactoriamente cuando junto a autoridades de la localidad corta el listón del décimo comedor.
El primer grupo está listo. Con manos bien lavadas y sonrisas en el rostro, pasan a la barra a recoger su plato, sus cubiertos y toman asiento en alguna de las mesas dispuestas para ellos. Platican, se ríen, comparten una tortilla y se animan entre ellos a terminar toda la porción. Cuando esto ocurre, se levantan y entregan el recipiente en la misma barra donde lo recogieron, no sin antes depositar los residuos de alimentos en una cubeta. Trinidad, madre voluntaria del comedor comenta que eso se lo pueden llevar para alimentar al ganado que tienen en casa. “Aquí nada se desperdicia”.
Este comedor es distinto a los nueve ubicados en Ciudad de México, Monterrey y otras localidades de la República. Es la primera ocasión que se pone en marcha en una comunidad rural, también es el primero en emplear ecotecnias en sus procesos y es el primero que será gestionado en su totalidad por la comunidad. Según nos explica Gustavo Moldonado, representante de la institución aliada Fondo para la Paz quien lleva más de 20 años trabajando con la comunidad, los habitantes de Santa Rosa de Lima ya administraban un comedor que contemplaba la participación de las familias para servir desayunos y almuerzos a los niños de las escuelas aledañas, sin embargo operaban en condiciones que no eran las óptimas. Ahí la función de las instancias involucradas se volvió crucial.
Pedro Kramer director de Borda las Américas, es el encargado del recorrido por las instalaciones. Señala que el inmueble cuenta con diversas adecuaciones que permiten el ahorro y la reutilización de algunos de los recursos. Se trata de una propuesta de comedor comunitario sustentable, donde el agua de lluvia es reutilizable, se ocupa la menor cantidad de electricidad posible y se cocina con estufas ecológicas a base de leña.
Aquí tampoco hay trabajadores de Alsea que operen el comedor. Es la gente del poblado misma tomando el mando. “Este modelo está basado en la comunidad, en la participación comunitaria y eso nos da la gran satisfacción que no va a ser un modelo que se va a perder en el tiempo que si nosotros no estamos al final tenemos la garantía de que la gente sigue operando”, concluye Ivonne Madrid.
Ahora se encuentran jóvenes de secundaria tomando el almuerzo. Ellos forman parte de los más de 140 niños entre los 5 y los 15 años que podrán disfrutar de este espacio donde diariamente se servirán comidas nutritivas preparadas por madres de familia que tomarán roles para ello. La dieta y los menú han sido programados con base en los alimentos más comunes y típicos de los habitantes con ciertas modificaciones que fueron consultadas con nutriólogos especializados para garantizar las cantidades y porciones adecuadas.
Esta iniciativa forma parte del programa Sustainable Coffee Challenge el cual busca convertir al café en el primer producto agrícola sustentable del mundo. Una iniciativa que busca Mejorar las condiciones de vida de las comunidades productoras de café, procurar el cuidado del medio ambiente y aumentar la disponibilidad y fortalecer la compra de café sustentable.
Según cifras otorgadas por la fundación Alsea, en estos cinco años de implementar comedores comunitarios se han beneficiado más de 3,500 niños y se han servido cerca de un millón y medio de comidas nutritivas, lo que ha beneficiado a más de 20 mil personas de manera indirecta y a más de 1,000 familias. “A pesar de que suene mucho, es una gota de agua en un océano.” concluye Renzo Casillo director general de la marca y agrega que la situación trae un sentimiento de responsabilidad más alto con la necesidad nutricional de los niños.
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