Las hermanas Bush dedicaron una carta de despedida a las hijas de Obama
A pocos días de que los Obama abandonen la Casa Blanca, Jenna y Bárbara Bush recordaron sus últimos días como las hijas del presidente y como símbolo de solidaridad escribieron y publicaron en la revista TIME una emotiva carta a Malia y Sasha Obama.
"Malia y Sasha, hace ocho años en un frío día de noviembre, las saludamos desde los escalones de la Casa Blanca. Vimos tanto la luz como la cautela en sus ojos mientras contemplaban su nuevo hogar. Dejamos nuestros trabajos en Baltimore y Nueva York y viajamos a Washington para mostrarles todo. Para mostrarles el Dormitorio Lincoln y las habitaciones que antes eran nuestras, para presentarles a toda la gente -las floristas, los jardineros y los mayordomos- que se dedican a hacer de esta casa un histórico lugar. Las cuatro de nosotras paseamos por los majestuosos pasillos de la casa que no pidieron, simplemente la tuvieron. Cuando se deslizaban por el barandal del solarium, como lo hicimos nosotras cuando teníamos 8 años y otra vez cuando cumplimos 20 años persiguiendo a nuestra juventud, su alegría y sus risas eran contagiosas.
En ocho años, ustedes ha hecho muchas cosas. Visto muchas más. Estuvieron en las puertas de la celda de Robben Island, donde Nelson Mandela, de Sudáfrica, estuvo encarcelado durante décadas, con los brazos alrededor de tu padre. Viajaron a Liberia y Marruecos con su madre para hablar con las chicas sobre la importancia de la educación, las niñas que se vieron en ustedes, se vieron también en sus padres, vieron a quién podrían llegar a ser si siguieran estudiando y aprendiendo. Asistieron a cenas de Estado, caminaron en parques nacionales, se reunieron con líderes internacionales y se las arreglaron para reírse de bromas de su papá durante el pavo anual de Acción de Gracias, todo mientras fueron niñas, mientras asistían a la escuela y hacían amigos. Las hemos visto crecer de niñas a impresionantes mujeres jóvenes con gracia y facilidad. Y a través de todo, se tenían la una a la otra. Tal y como lo hicimos nosotras.
Ahora están a punto de unirse a otro club, al de los Primeros Niños, una posición que no buscaron y que no tiene guía. Pero tienen mucho que esperar. Estarán escribiendo la historia de tus vidas, más allá de la sombra de sus famosos padres, siempre llevarán con ustedes las experiencias de los últimos ocho años. Nunca olviden la maravillosa gente que trabaja en la Casa Blanca. Conocimos a los 7 años de edad, en la inauguración de nuestro abuelo, a Nancy, la florista de la Casa Blanca, quien nos introdujo desde el frío. Ella nos ayudó a hacer coloridos ramos de flores de invierno para la cama de nuestros abuelos. Veinte años después, Nancy hizo las flores para la boda de Jenna. Procuren a su propia Nancy. Nos mantenemos en contacto con nuestro Servicio Secreto. Fueron parte de nuestro crecimiento: estuvieron en nuestras primeras citas, primeros días e incluso el día de nuestro compromiso y nuestra luna de miel. Sabemos que no siempre fue fácil: éramos sólo unas adolescentes que eran seguidas por hombres en mochilas, pero ellos pusieron sus vidas a salvo.
Disfruten la universidad. Como la mayoría del mundo sabe, nosotros lo hicimos. Exploren sus pasiones. Conózcanse. Cometan errores, tienen el permiso de hacerlo. Continúen rodeándose de amigos leales que las conocen, las adoran y las protegerán siempre. Los que te juzgan no te aman, y sus voces no deben tener peso. Más bien, es su propio corazón lo que importa.
Tomen todo lo que han visto, las personas que han conocido, las lecciones que han aprendido y dejen que les ayude a hacer cambios positivos. No tenemos dudas de que lo harán. Viajar con nuestros padres nos enseñó más de lo que cualquiera pudiera imaginarse. Nos abrió los ojos a nuevas personas, así como nuevas culturas e ideas. Nos reunimos con trabajadores de fábrica en Michigan, profesores en California, médicos curando a la gente en la frontera con Birmania, niños que se acamparon en las calles polvorientas de Kampala para ver al presidente americano y niños con VIH esperando obtener los medicamentos que podrían salvar sus vidas. Una pequeña niña que llevaba su mejor vestido color lavanda parecía joven pero no lo era. Era pequeña porque estaba enferma. Su mamá admitió que podría ver el efecto de los fármacos funcionar, pero sus hermanos y hermanas lo harían. Después de conocer a esta chica, Bárbara volvió a la escuela y cambió su carrera y su vida.
Han vivido la increíble presión de la Casa Blanca. Ustedes han escuchado duras críticas a sus padres por la gente que nunca los ha conocido. Ustedes permanecieron cerca mientras que sus padres fueron etiquetados. Sus padres, las pusieron primero y no sólo les mostraron, si no que les dieron el mundo. Como siempre, ellos estarán para ustedes al empezar su próximo capítulo. Y nosotros también."