Desde mi primer encuentro con Martha Debayle, me pareció una paradójica fusión entre la más exaltada expresión de la mujer moderna con la tradicional.
Profundamente talentosa,
multicultural, llena de arrojo, valentía y gozo de vivir. Simultáneamente animada por una honda sensibilidad, capacidad empática, fortaleza y vulnerabilidad.
En momentos, la más sofisticada empresaria, comunicadora, periodista y líder de opinión. En otros, el ser humano más atento y emocional. Protectora de vocación. La concibo como la contemporánea encarnación de Hypatia o el arquetipo tibetano de la Kangdrongma o “surcadora del espacio” la musa de la sabiduría de los adeptos espirituales.
Es difícil reconciliar intelectualmente las muchas habilidades de Martha, tarea tan sólo posible al entender que es una mujer movida por una profunda misión existencial, en palabras de Thoreau: “extraer el tuétano de la vida”. Indudablemente una figura de influencia pero quizá más importante, una presencia memorable.
por Marco Antonio Karam, presidente y fundador Casa Tibet México Primera Representación Cultural del XIV Dalai Lama para México y
Latinoamérica.