La primera vez que vi a Ilse en escena fue en un teatro de la UNAM con una obra de Ximena Escalante. Estaba embarazada y me impactó la fuerza de su personaje, era como un centro magnético que no podía dejar de ver. Después, Irene Azuela y yo la invitamos a nuestra producción de Crímenes del corazón y ahí el asombro creció. Ilse no se detiene. Es un animal escénico con un instinto actoral tremendo y una intuición poderosa. Compartir con ella el escenario te empuja a estar a la altura de la réplica, te reta.
Al mismo tiempo es una mujer divertida que hace malabares para combinar la maternidad con la vida de actriz y lo hace extraordinariamente bien. Es valiente, nunca se calla ante las causas sociales que piden alzar la voz. Bella, fuerte, camaleónica, incansable. Puede transitar de la moda al activismo, del teatro al cine y a la televisión, de la naturalidad al glamour. Siempre me pregunto cómo le da tiempo de hacer todo. Su gran personalidad puede a veces resultar intimidante y, sin embargo, está llena de solidaridad como colega y como amiga. ¡Lo tiene todo!
Siempre estoy esperando su próximo trabajo, siempre ansiosa de la próxima sorpresa que nos dará la extraordinaria Ilse Salas.
Marina de Tavira, actriz