“Cuando el silencio es una elección, su presencia es desconcertante”, dice Terry Tempest Williams en Cuando las mujeres fueron pájaros. Pienso en el silencio previo a Joaquina en un escenario. O a su risa potente, o a su voz en la radio.
Luego de romperlo, ella es todo. Hay algo en el acto de presenciar su existencia que recuerda que la belleza es, ante todo, armonía. Y hay algo en la fortuna de poder hacerlo que confirma la bonanza de la vida.
Joaquina rompe todo esquema, porque ha hecho sus propias reglas desde niña en un mundo en el que no encajaba. Una mezzo que hace spoken word, activismo por las causas queer, body positiveness y el feminismo interseccional, que de niña hizo llorar a García Márquez tras cantar en un recital, y que ahora nos embruja con su voz. No hay silencio que pueda con ella y, en ello, hay suerte para quienes al oírla atestiguamos el presente.
Fotografía: Olga Laris
Coordinación: Paulina Kohn y Mercedes Abascal
Maquillaje: Ivonne Robledo
Peinado: Albertto Campos
Diseño de set: Alonso Murillo + Séptimo Murillo