Conocí a Alejandra en 2005 cuando fue clave en la reestructura financiera y las negociaciones con los acreedores de Satélites Mexicanos como directora jurídica de Satmex. Siempre dispuesta a trabajar a la hora que fuera necesario, me llevé una muy grata impresión de la seriedad y profesionalismo de una mujer sólida, agradable y de carácter.
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Seguí en contacto con ella y descubrí que, además, es una mamá ejemplar que siempre ha llevado un sano equilibrio entre el trabajo y la familia. He seguido su trayectoria en sus negocios en la industria de cosméticos.
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Es una empresaria creativa y responsable que ha posicionado una marca de lujo antes desconocida en México, todo con gran éxito. No me extraña.
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