Cocinera en escena
La energía de Karen Drijanksi no cesa aunque sean las seis de la tarde y haya terminado parte del trabajo en su cocina. Le han preguntado qué es lo que hace para mantenerse así las 16 horas en promedio que permanece de pie para atender Niddo. “Les digo a las mujeres que sigan su pasión porque al hacerlo nunca te cansas”, cuenta.
Fascinada por “todo lo que el ser humano puede hacer, crear, inventar, gozar, interpretar”, Karen se define como una mujer sumamente creativa, llena de entusiasmo y amor por la vida. Estas cualidades las ha reflejado siempre a través de cocinar, desde que era niña hasta las cenas que organizaba en casa para los hijos de sus amigos.
“Hubo un momento en mi vida en el dije no quiero gastar más tiempo sin hacer lo que amo y cuando empecé a hacerlo, realmente fue cuando hubo magia en mi vida”, y así dedicó toda su energía a cocinar.
Apapacho culinario
La historia comenzó en su infancia, en las comidas familiares que ella nos confiesa que eran un festín. “Todo giraba alrededor de ellas, no nada más se trataba de ‘siéntate y come’, no. Se trataba de qué le pusimos a la comida, por qué, de dónde viene, y en la sobremesa se trataba de compartir, platicar”.
Le preguntamos a Karen sobre su forma de cocinar y dice que toma en cuenta todo en su entorno natural: “Desde los colores, las texturas, las estaciones, todo lo que nos da la tierra. Yo uso flores, hierbas; uso las cosas más raras y más locas que te puedas imaginar simplemente porque mi cocina no es una cocina de autor, es una cocina de casa, que te apapacha”.
Desde hace mucho tiempo Karen deseaba tener un restaurante pero quería hacer algo diferente por eso dice que la cocina de Niddo no tiene barreras con el comedor, es decir, los comensales la ven. “Es una cocina abierta donde hueles, donde se oye el sartenazo, donde se oye la comunicación entre cocineros, donde se oye cómo burbujean las cosas. Todos tus sentidos están vivos en una cocina, es un escenario”, asegura.
A ella la inspira alimentar a los demás, saber que a su cocina llegarán 100 o 200 personas a comer lo que preparan ella y Eduardo, su hijo y uno de sus dos socios en Niddo. “Hacemos lo que se nos ocurre para que la gente coma, se divierta, la pase bien. Eso es lo que me emociona, llegar a hacer mi pasión todos los días y no dejar que se me olvide. Hay gente que hace las cosas por dinero, por poder, por fama. La mía es una auténtica pasión desde que tengo cinco años”.
Karen forma parte de este grupo único de mujeres exitosas a las que She’s Mercedes apoya en sus retos profesionales y personales. En el balance entre estos dos aspectos en su vida, Mercedes-Benz les ofrece experiencias diferentes que las apoyen para conquistar nuevos horizontes. Para She’s Mercedes, es fundamental empoderarlas y crear conexiones entre ellas para que compartan sus experiencias de vida.