Sofía Niño de Rivera quiere dejar huella en la comedia

Una pelota de hule, incienso y dulces fueron su primer pago en la comedia. Su comienzo profesional no ha sido sencillo, pero ella no se da por vencida, todo lo contrario, sigue el ejemplo de Steve Martin, quien durante 15 años se aferró a su pasión por la comedia, a pesar de que la gente lo juzgaba y al final demostró que sí tenía talento.

Sofía es seria, reservada y hasta solitaria, pero un día decidió hacer reír a la gente con sus anécdotas personales porque para ella eso representa un reto intelectual; además quiere hacerlo en un país donde el Stand Up Comedy está en pañales y más para una mujer. Eso no le importa, se quiere atrever a revolucionar y revolución hará, porque tiene convicción y ganas.

"Tengo una gran responsabilidad en las manos, mi objetivo es decirle al público mexicano que, además del albur y el chiste, existe este tipo de comedia. Quiero crecer aquí y después conquistar Estados Unidos, Sudamérica y España, el reto es grande, siempre tiene que ser así", dice muy segura Sofía.

Ella es un verdadero caso de éxito. Estudió Comunicación en la Universidad Anáhuac del Norte y como era muy creativa se interesó en la publicidad. Durante siete años estuvo trabajando como copy en prestigiadas agencias como Saatchi & Saatchi, Ogilvy y La Doble Vida.

Realizó textos publicitarios para campañas de Aeroméxico, McDonald's y Kellogg's, entre otras, hasta que un día se sintió fastidiada de hacer lo mismo, su cuerpo le pedía darle un giro radical a su vida, así que rompió la rutina inscribiéndose a un curso de comedia (estilo Chaplin), en el Foro Shakespeare.

En ese momento, Sofía se enamoró de los escenarios y las risas, así que renunció a su trabajo, vendió su auto para sobrevivir y se fue a Nueva York. Allá conoció al comediante Colin Kane, a quien le pidió su consejo sobre la decisión de dedicarse al mundo de las risas, él le respondió: "Take the risk" .

Con esa idea en la cabeza se regresó a México y decidió comenzar a ponerle cimientos al castillo que había construido en el aire. Se preparaba para vivir su primer gran reto: presentarse en el Voilá de Polanco al lado de Kane, quien aceptó dar su show sin cobrar un solo peso.

¿Difícil?, la preparación de Sofía fue más que eso. Durante un mes le pedía a los asistentes de la obra ‘La Dama de Negro', que escucharan su show de 15 minutos en lo que empezaba su función, al final pasaba un sombrerito para quien quisiera cooperar y, casi siempre, obtenía todo tipo de objetos y pocas monedas.

"Cuando en el sombrerito había un billete de 500 pesos sabía que habían ido mis papás a verme", cuenta la comediante, mientras ríe.

Dice que la clave de no darse por vencida ante caras largas fue saber en dónde estaba parada y no juzgarse fuertemente. "Ese público no me iba a ver a mí, iban al teatro y yo sólo aprovechaba para ensayar. El Stand Up Comedy es tan orgánico que necesita de mucha práctica... Todo es más sencillo porque no olvido que un sueño y una pasión siempre te van a hacer seguir, aunque todo esté en contra", agrega.

Y como no hay plazo que no llegue ni fecha que no se cumpla, Sofía Niño de Rivera estaba a punto de subir el siguiente peldaño de su carrera como comediante. Más de 100 personas estaban en el Voilá, listas para escucharla a ella y a Kane.

"Era la primera vez que la gente iba realmente a verme, salí al escenario muerta de miedo, los primeros 30 segundos fueron los más largos de mi vida porque nadie se reía, pero cuando comenzaron a hacerlo me solté, me relajé, y hasta hoy ha sido el mejor show que he dado. La gente se paró a aplaudir mi material, no estaba acostumbrada a que me sucediera eso. Desde ahí no me he bajado del escenario", cuenta la comediante.

Su show está construido de anécdotas personales, entrelazadas con historias genéricas, pero contadas a través de sus ojos, por ejemplo, el día que su mamá decidió cortarle el pelo, su trauma de ser confundida de sexo o cuando se puso un bikini de crema batida para su novio y todo le salió mal. "Los chistes cualquiera los puede contar, pero de mi historia sólo yo puedo hablar", dice .

La comediante asegura que sus presentaciones también son catárticas. "Una manera de superar las cosas en la vida es riéndote de ellas, por eso siempre mi objetivo arriba del escenario es que el público y yo nos burlemos de todo y logremos sentirnos más ligeros".

Sofía prepara sus shows, primero los escribe y después los lee en voz alta en la sala de su casa, aunque también suele improvisar, meter material nuevo para ver qué le parece a la gente.

¿Una persona llena de retos, podría decir cuál ha sido el mayor de su vida?, ella dice que sí y es, sin duda, conseguir haberle dado existencia a su sueño, haberle dado vuelta a lo cotidiano, que al final también de eso se alimenta la comedia.

Sofía admira a Bill Cosby, a Eddie Izzard -un travesti que hace Stand Up en varios idiomas-, a Luis Piedrahíta y a Joan Rivers -quien fue comediante en la década de los 60 y después se volvió presentadora de televisión-.

Después de ser telonera de Felipe Nájera y Héctor Suárez Gomís, Sofía Niño de Rivera cuenta actualmente con una hora de show. Ha salido en televisión y ha probado suerte en el Gotham Comedy Club de Nueva York.

Es admirada por el compositor y cantante Aleks Syntek y lleva su humor ácido y sarcástico a donde se lo pidan, la sala de una casa o un gran foro.

Sofía promete no dejar de vivir retos y ya se ve pisando grandes escenarios del Stand Up Comedy como Los Ángeles y Chicago. Ella está lista para que comience la función.

Twitter: @sofffiaaa

Facebook: Sofía Niño de Rivera

Página web: www.sofianino.com

Todos los jueves de mayo presentará su show en el Café 22 de la Condesa.