Manuel García Rulfo galán de película
Para obtener el éxito que ha alcanzado ahora que está a punto de estrenar su película La última y nos vamos, Manuel tuvo que superar varios obstáculos. “El estudio no es lo mío, nunca fui bueno para estudiar”, nos cuenta el actor, de 28 años. Estuvo en varias escuelas hasta llegar a la prepa y cuando terminó, decidió estudiar Comunicaciones en la Universidad del Valle de Atemajac (Univa). Sin embargo, pronto se dio cuenta que esta no era su vocación: “Me salí de la universidad y por fin me decidí a estudiar Actuación. Al principio no me atrevía, y cuando le dije a mis papás que quería actuar, no lo entendieron. Pero al final, me apoyaron”.
Así, Manuel estudió primero en la New York Film Academy y luego, en el Larry Moss Studio con Michelle Danner –una maestra muy reconocida en Los Ángeles–. Ahí tuvo la oportunidad de participar en varios cortometrajes, pero además, fue también donde trabajó en su primer largometraje de cine independiente, llamado Maquillaje.
Los primeros dos meses en Los Ángeles vivió solo, pero después se mudó con tres compañeros –un colombiano, un venezolano y un africano–. No obstante, Manuel sintió que lo mejor para su carrera era irse a vivir a la ciudad de México para seguirse preparando.
De vuelta en su país, el actor se dedicó a estudiar en Casa Azul y asistir a castings. Así fue que se ganó un papel dentro de la cinta La última y nos vamos: “Grabando esta película me divertí muchísimo pues el tema es pura fiesta y pasamos mucho tiempo en la plaza Garibaldi. Aparte hice una muy buena amistad con todos los actores, en especial con Alberto Guerra y Liz Gallardo”. Esta cinta se presentó en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, donde recibió muy buenas críticas, y se planea que llegue a los cines a finales de este año.
Después, aún en el DF, vivió por un tiempo en la casa de Mario Sandoval, El Cejas, al lado de algunos de sus amigos tapatíos. Entonces, surgió un nuevo proyecto: “El Cejas, Manolo Caro y yo, fuimos los creadores de la serie Colinas. En una fiesta empezamos a platicar y El Cejas me dijo: ‘¿por qué no nos aventamos una serie?’. Esa noche escribí el primer capítulo, se los presenté y comenzamos a trabajar. Fue un proyecto de amigos, para aprender.” No obstante, a pesar de lo bien que la pasaban, Manuel se regresó a Guadalajara para poder trabajar en el rancho de su familia en lo que llegaba su siguiente trabajo.
Su segunda película fue 180°, dirigida por Fernando Carrisle y grabada en Monterrey: “En el set me llevé muy bien con todo el crew, pero sobre todo con Rodrigo Cachero. Cuando no grabas en tu ciudad es padre, porque todos están juntos todo el día en un hotel, entonces pueden convivir mucho ellos”.
Hace poco, Manuel terminó las grabaciones de la cinta La noche de las flores – la ópera prima del director Adrián Burns–.
En sus planes a futuro está seguir estudiando y, aunque dice que le gustaría ser director, quiere obtener antes más experiencia en el mundo del cine y de la actuación: “Más que cualquier otra, quiero ser un buen actor. La fama es padre y todo, pero yo lo que quiero es ser sobresalir por mi trabajo”. Actualmente, vive en Guadalajara, pero le gustaría regresar a LA para seguirse preparando. Q