Los grandes amores del Príncipe Carlos
No ha sido un camino fácil para el príncipe Carlos de Gales, hijo consentido de la Reina Isabel, quien lo ha visto pasar por difíciles momentos, especialmente en lo que respecta al amor.
Su fallido matrimonio con Diana de Gales fue seguido de cerca por el mundo, quien lo juzgó determinado por el conocido affair que tuvo con quien fuera el gran amor de su vida y se convertiría en su esposa, Camilla Parker-Bowles.
Carlos y Diana, el cuento de hadas que no fue
Lady Diana Spencer, hija de los Vizcondes de Althorp, conoció a Carlos de Inglaterra cuando apenas era una adolescente. Se conocieron pues Carlos salía con su hermana mayor, Sarah, y aunque en ese momento no sucedió nada entre ellos, pronto su amistad se convirtió en algo más.
Así fue como los medios se fijaron por primera vez en la tímida Diana. Pronto comenzaron las especulaciones de una relación, y la casa real no tardó en dar la información oficial. El 24 de febrero de 1981, Carlos presentó a Diana como su prometida, entregándole el famoso anillo de zafiro y diamantes que años después el Príncipe Guillermo daría a Kate Middleton.
A pesar de la alegría de la gente por la nueva pareja, siempre hubo dudas de su compatibilidad. Para empezar, Carlos tenía 13 años más que Diana. Según la BBC, Carlos comentó a un amigo que no amaba a Diana, pero creía que podía llegar a hacerlo. Más adelante se sabría que el Príncipe dejó una relación inconclusa con Camilla Parker Bowles, misma que dañaría su matrimonio de forma irreparable.
Un soleado día de julio, precisamente el 29 del mes, del año 1984, Carlos y Diana se dieron el sí frente a cientos de personas, y millones más en televisión, en la Catedral de Saint Paul, en Londres. Más de 600 mil personas siguieron a los novios en su recorrido desde el Palacio de Buckingham a la Catedral.
Menos de un año después de su matrimonio, el 21 de julio de 1982, llegó al mundo el primogénito de la pareja: Guillermo. Y en 1985, Diana y Carlos presentaron a Enrique, su segundo hijo. Alrededor de 1987, cuando el niño comenzó a ir al kinder, ya se sabía que la relación no iba del todo bien y la prensa se dio cuenta de inmediato. En un viaje a la India, Diana se sentó sola en el Taj Mahal. La melancólica imagen dio la vuelta al mundo.
Pocos meses después, apareció la biografía de Andrew Morton "Diana: su verdadera historia", en la que amigos y gente cercana a la Princesa, y con su aprobación, hablaron de la verdad detrás de los rumores. En efecto, la relación de la pareja estaba sumamente deteriorada. Además, hablaba de la profunda infelicidad de Diana: su batalla con la bulimia, sus intentos de suicidio y hasta de los celos que tenía a Camilla Parker-Bowles, con quien sospechaba que Carlos tenía una relación.
Durante una visita a Corea del Sur, las imágenes no mentían. Carlos y Diana no podían estar uno junto al otro. En diciembre de 1992, la noticia era oficial: los Príncipes de Gales se separaban. El 28 de agosto de 1996 se oficializó el divorcio.
Carlos y Camila, los eternos amantes
Tras la muerte de Diana en 1997, se especulaba qué sería de la vida amorosa del Príncipe Carlos. El romance que por años había sostenido con Camilla Parker-Bowles era por todos conocido pero, ¿daría el siguiente paso?
Fue en 1970 cuando Carlos conoció a Camilla, entonces Shand, en un partido de polo. Ambos tenían 23 años y los presentó una vieja amiga del Príncipe. Comenzaron a salir -no era la única mujer con la que Carlos salía, pero sí con quien se dice, deseaba casarse-, pero la alegría les duró poco pues el Príncipe tuvo que salir del país a cumplir con su servicio naval. La pareja no se hizo promesas, y para cuando Carlos volvió, Camilla ya estaba casada con el oficial de la armada británica, Andrew Parker-Bowles.
Pero no por ello se alejaron. Un año después de su matrimonio, Camilla y Andrew tuvieron a Tom e hicieron a Carlos el padrino. Así que los Parker-Bowles eran buenos amigos suyos y se veían constantemente en partidos de polo y en eventos sociales. Mientras tanto, Carlos no se quedó atrás y en 1981 se casó con Diana de Gales.
Para estas fechas, Carlos y Camilla habían comenzado a verse una vez más, pero no como amigos. La pareja sostenía una relación que era entonces desconocida para Diana, más no así para Andrew Parker-Bowles, quien se dice sabía bien lo que sucedía y no sólo ni hizo nada al respecto sino que dio su consentimiento. Con el tiempo, las sospechas de la princesa de Gales se convirtieron en certidumbres, al punto de haber dicho años después en la famosa entrevista a la BBC: "Éramos tres en el matrimonio, así que éramos demasiados".
Como era de esperarse, los matrimonios de Carlos y Camilla fallaron: Camilla se divorció en 1995 y Carlos lo hizo un año después. Tras la muerte de Diana, en 1997, la pareja mantuvo su relación de forma silenciosa, pero no por mucho tiempo. Dos años después ya se les veía juntos en público, como en la fiesta de cumpleaños de Annabel, hermana de Camilla, en el hotel Ritz de Londres.
La prueba de fuego sería la Reina Isabel. Aunque Carlos dejó claro que su relación con Camilla `no era negociable´, así que ya nada sería obstáculo. Para su buena suerte, la Reina vio con buenos ojos la relación e incluso la invitó a su Jubileo Dorado y al funeral de la Reina Madre. En 2005, menos de 10 años después de la muerte de Diana de Gales, Carlos anunció su compromiso con Camilla, quien se convertiría en la Duquesa de Cornwall. El 5 de abril del mismo año, la pareja por fin contrajo matrimonio. Por ser la Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra y no tener permitido ir a bodas de divorciados, la Reina no asistió al enlace.
La vida familiar, que se dijo podría verse afectada por la reacción de Guillermo y Enrique ante el nuevo matrimonio de su padre, no lo hizo, al menos no ante el público. Camilla se incorporó bien en la pequeña familia e incluso se ha convertido en parte fundamental, asistiendo a eventos importantes de los jóvenes herederos. "Estamos agradecidos por ella. Ha hecho muy feliz a nuestro padre", es una de las frases que se conocen del Príncipe Enrique sobre su madrastra.
Hace un par de años se habló sobre las posibles dificultades que Carlos y Camilla tenían en su matrimonio. Se dijo que Camilla extrañaba su libertad e independencia y que pasaba la mayor parte del tiempo en su propiedad de Wiltshire, acompañada por sus nietos.
Sin embargo, poco se ha sabido ya sobre aquellos rumores. Más de tres décadas después, no queda duda de quién es la mujer que le robó el corazón al heredero británico.