Con 26 años, esta surfer se hizo millonaria con su línea de bikinis
Karina Irby tenía más o menos 21 años cuando se aventuró a diseñar su propia línea de bikinis en respuesta a la poca variedad que encontraba en el mercado. Hoy, a sus 26 años, ya dirigine un negocio de millones de dólares y sus ventas se han extendido a todo el mundo.
"Yo era una chica surfista que vivía en traje de baño", declaró la joven australiana a Daily Mail sobre el origen de Moana Bikini, su marca de bikinis que se ha convertido en todo un éxito.
De acuerdo con el medio, cuando Karina tenía 18 o 19 años viajó a Hawái, donde encontró diseños divertidos y atrevidos, sin embargo, ese tipo de trajes de baño no se vendían en su natal Port Macquarie.
"Me hicieron una oferta para ser su distribuidor en Australia, pero lo rechacé porque quería diseñar mis propios bikinis", declaró la joven autodidacta, quien invirtió horas de su tiempo en tutoriales de Youtube para aprender a diseñar bikinis.
Después, contactó a fabricantes y distribuidores de telas para conseguir sus propios prints. "Yo tenía mi plan de negocios establecido, pero no tenía un fabricante", dijo, hasta que un australiano en Indonesia accedió a ayudarla a fabricar sus bikinis.
Así fue como ella logró crear una nueva propuesta de bikinis que ha tenido éxito a nivel mundial gracias a las redes sociales y la venta en línea. Sus prendas se venden en Australia, Estados Unidos, Rusia y toda Europa.
Su estrategia de marketing: Fue a través de Instagram donde la guapa joven lució en su propia piel sus diseños que rápidamente se agotaron. "Cuando hice el lanzamiento teníamos alrededor de 100 piezas en 12 estilos diferentes en línea que se agotaron en una semana. Fue realmente increíble porque yo no sabía qué esperar", declaró al medio. "Ahora estamos lanzando poco a poco 24 diseños con más de mil piezas. El más reciente se agotó en cuatro minutos", explicó.
Los colores veraniegos y brillantes, sumados a los sexys e innovadores diseños, conquistaron a sus más de 300 mil seguidores en Instagram.
"Yo amo a mis clientes y me gusta tomarme el tiempo para hablar con la gente. Es por eso que me tomo en serio cuando los decepciono", dijo.
"Mucha gente piensa que el diseño de su propia línea de trajes de baño es un salto en el océano. Pero la verdad es que se necesita mucho trabajo duro, dedicación, noches sin dormir y una mente abierta para hacer y producir un producto único, increíble. Tener un negocio a la edad de 26 es casi como tener un niño pequeño. Tienes que amarlo, darle de comer, siempre estar jugando con él, nutriéndolo, sin apartar los ojos de él, lo que le permite crecer", publicó en Instagram al respecto de su negocio.