La `consejera de moda´ de la reina Letizia

Como reina de España, Letizia Ortiz requiere de una cantidad importante de piezas de vestuario que usar para cada ocasión, donde será foco del ojo público.

Normalmente la ropa que la Reina desea se la consigue el propio Palacio, pero cuando esto está fuera de su alcance por alguna razón recurre a terceras personas, principalmente amigas. La encargada de realizar estos pequeños encargos en este momento es Cristina Valls Taberner, hija del exdirector del Banco Popular Javier Valls Taberner y esposa de Francisco Reynés, consejero delegado de Abertis.

Cristina, amiga de Letizia, es quien le da consejos sobre firmas de moda, diseñadores o accesorios. Además ella es la razón por la que cada vez es más normal ver a la Reina de España luciendo firmas internacionales como Carolina Herrera y Nina Ricci, dejando un poco olvidado a su diseñador de cabecera, Felipe Varela.

Su amiga fue la encargada de dar a Letizia el bolso "Flavia clutch red bubbles" de la marca de complementos Tissa Fontaneda, que de inmediato se convirtió en un éxito en España. El modelo que utiliza Letizia, conocido informalmente como el "burbuja", está hecho artesanalmente en napa española y su precio es de 576 euros. Cristina personalmente hizo todo para que la Reina la tuviera y la portara el Día de la Banderita de la Cruz Roja y en el 75º aniversario del CSIC.

Según el portal, Cristina afirma haber prestado sus servicios a la Reina, pero no quiere hablar del tema. Aunque no se sabe desde cuando tienen una relación de amistad, el medio especula que se pudieron conocer a través del esposo de Cristina, Francisco Reynés, actualmente un consejero delegado de Abertis. Reynés ha coincidido en varios actos con el Rey Felipe y de allí puede haber surgido un vínculo más personal.

La única ocasión en la que se ha visto a las dos ”amigas” juntas fue el pasado mes de junio en la recepción oficial en el Palacio Real con motivo de la proclamación del Rey Felipe VI. Al parecer durante el saludo protocolario ambas intercambiaron miradas de complicidad, haciéndole saber que no era una invitada más si no una amiga.