Porsche contradice la demanda presentada por la hija de Paul Walker
La compañía alemana Porsche ha emitido un comunicado en el que afirma que la muerte del actor Paul Walker en 2013 se debió a una "conducción temeraria" y a un "exceso de velocidad", y no a un defecto en el cinturón de seguridad ni a la falta de medidas de seguridad a las que aludía la hija del fallecido, Meadow Walker, en la demanda que presentó ayer martes.
"Tal como hemos dicho antes, nos apena que alguien resulte herido en un vehículo Porsche pero creemos que las investigaciones de las autoridades en este caso establecieron claramente que este trágico accidente fue consecuencia de una conducción temeraria y de un exceso de velocidad", aseguró el fabricante a CNN.
Sin embargo, la demanda de Meadow cuestiona la afirmación de que el accidente fue causado por un exceso de velocidad, con Roger Rodas conduciendo a entre 130 y 150 km por hora, ya que según Meadow su velocidad real era de entre 100 y 115 km por hora.
La joven también considera que el 2005 Carrera GT en el que viajaba su padre "carecía de medidas de seguridad que hubieran podido prevenir el accidente o, al menos, permitir a Paul Walker sobrevivir al choque".
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Meadow también alega que el automóvil "tenía un historial de inestabilidad y problemas de control, pero la compañía no instaló ningún sistema electrónico de control de estabilidad, diseñado específicamente para proteger contra los desvíos inherentes en este tipo de vehículos hipersensibles".
La joven denunció también que Paul seguía vivo cuando el coche se incendió y que un "defectuoso" cinturón de seguridad le impidió escapar después de que la función de seguridad "atrapara el torso de Walker con enorme fuerza, rompiendo así sus costillas y su pelvis" dejándolo atrapado.
Walker murió hace dos años en Santa Clarita (California) cuando su amigo Roger Rodas perdió el control del Carrera GT en el que viajaban y chocó contra un poste de luz y dos árboles para después terminar envuelto en llamas.