Gerardo Islas se ganó a los papás de Sherlyn una Navidad

Amarrar con un listón rojo y un enorme moño a Sherlyn y su esposo Gerardo Islas para que pudieran recrear el poster de Four Christmases con Reese Witherspoon y Vince Vaugh, fue todo menos un paseo en trineo. Sherlyn se acababa de lastimar el pie y la rodilla, y la imagen requería que ella estuviera en tacones y sobre cajas de regalo; pero a Sher (como la llama Gerardo) no la detuvo nada. Después de todo, Navidad es su época favorita del año y la película que estaban recreando es una con la que la pareja se siente muy identificada. Un yeso cuaquiera no los iba a detener.

En Four Christmases, Reese y Vince tienen que encontrar la manera de visitar las casas de los papás divorciados de ambos antes de que termine la Nochebuena; Gerardo Islas vive un proceso parecido desde que empezó a salir con Sherlyn. Comieza la noche cenando con su mamá en Puebla, de ahí se va con su papá y ya en la madrugada maneja en carretera solo hasta México para llegar con la familia de Sherlyn. Y así fue desde la primera vez.

"La primera Navidad que pasamos juntos fue muy chistosa porque teníamos muy poquito tiempo de novios, empezamos a andar un 13 de diciembre", nos cuenta Sherlyn. "Gerardo llegó a casa de mis papás, pero nada menso, él llegó con regalos para todos. Lo padre fue que lo hizo muy inteligente. Si a mi papá le gusta la Fórmula Uno, le llevó algo referente al tema, a cada uno le dio en su punto".

"A mí me encanta comprar regalos. Siempre estoy analizando a las personas, entonces al final sé qué regalo es el que les va a gustar", explica al respecto Gerardo. Ahora que están casados planean crear una nueva tradición navideña: ser ellos los anfitriones de la cena e invitar a absolutamente todo mundo para que pasen la velada en su casa. Y cuando decimos todo mundo, va muy en serio, a las cenas de Sherlyn, por ejemplo, no sólo se une la familia, pero también sus mejores amigos, entre ellos Eleazar y Zoraida Gómez.

En casa de ella, la Navidad y el Año Nuevo son de locura. Todos cocinan (incluyendo a su sobrinito Diego), se reparten regalos, la gente en la madrugada se pone la pijama y continúan con la fiesta, en Año Nuevo hacen de todo, que barrer, que pasear la maleta, prender velas, etc; pero hay un detalle que es muy propio de la familia de Sherlyn y eso es el árbol de los deseos:

"Si yo soy cursi, mi mamá es mucho más", nos explica Sherlyn de su tradición. "Tiene un árbol de los deseos espectacular en la casa. Cada vez que cuelgas una esfera, pides un deseo y siempre se cumple. Hay gente que va a la casa sólo a colgar deseos al árbol de mi mamá".

Gerardo no tendrá un árbol mágico, pero de pequeño se le cumplió el deseo más increíble que cualquier niño podría pedir precisamente en una Navidad. Nos cuenta, "Tenía como 11 años. Llegamos a la casa, esto fue antes de que se separaran mis papás, y desde la entrada hasta los cuartos estaba todo el piso lleno de juguetes. Toda la casa estaba llena de juguetes, desde un hot wheels hasta una moto eléctrica, en otro cuarto una bicicleta, del otro lado un patín, un Nintendo 64. No salimos de ahí hasta Reyes".

Esta Navidad, Sherlyn y Gerardo pretenden compartir un poquito de la alegría de estas fiestas con los más necesitados. "Esta vez vamos a llevar muchísimos juguetes a hospicios y casas hogares, a niños que no tienen regalos de sus papás. Sher y yo somos padrinos de dos albergues en Puebla", empieza Gerardo y Sherlyn concluye: "¡No sabes qué maravilla eso! Uno de los albergues tiene como 72 niños de todas las edades, los papás van y los dejan ahí de lunes a viernes, y se ponen tan contentos cuando los vas a visitar. Es la primera Navidad que les vamos a llevar regalos y yo estoy muy contenta".