OPINIÓN: ¿A quién le importa la boda? Kim tiene portada en Vogue
Nota del editor: Iván Pasillas es el editor de especiales de Quién.com, experto Hollywoodólogo, cinéfilo de corazón y tv junkie por obsesión. Egresado de Comunicación por la Ibero, dedicado al periodismo de espectáculos desde hace cinco años.
Hubo un tiempo en el que nos hicieron creer que Kim Kardashian ya había vivido su cuento de hadas. "Fairytale Wedding", le llamaron en E! al especial que documentó todo sobre la boda de Kim con Kris Humphries. El gusto le duró menos de lo que dura el cartón de leche sin caducar en la alacena. Su cuento de hadas no se lo compró ni Shrek, pero eso no significa que el Hada Azul se fue de vacaciones, su calabaza seguía siendo carroza.
Este año las zapatillas de cristal se pusieron de acuerdo para trasladar a Kim a París y darle una segunda oportunidad a ese final feliz. Ahora la boda es con Kanye West y ya se está planeando un "Fairytale Wedding: El Regreso" contra el cual ni los Wachowski podrían competir. ¿Pero a quién queremos engañar? El "felices para siempre" en la familia Kardashian les dura lo que un detox. Pero una portada en Vogue...una portada en Vogue es para siempre.
Entra el Hada Madrina: Anna Wintour. (Atención, ahora es Hada Madrina, pero durante mucho tiempo fue la Madrastra Malvada). La mujer que soñaba con la fama más que con el amor llevaba años tratando de conquistar a la editora de Vogue. Pero entrar al círculo cercano de Anna no es fácil, y hay que aceptar que Kim Kardashian en resumidas cuentas está en donde está por un cierto video sexual. No la manera más clásica de ascender al poder y la admiración.
Si algo le hemos de reconocer a Kris Jenner es que la mujer sabe que la que persevera alcanza. En esta historia, Jenner hizo el papel de Gepetto. Tomó su cincel, a su muñeca de madera y la convirtió en una niña de verdad. Una que pudiera presumir de una línea de ropa, un prometido genio musical, una hermana menor recorriendo pasarelas en París, un reality show número uno en televisión y para cerrar con chupón de oro, una bebé conquista Instagrams de nombre North.
El anzuelo fue lanzado al mar y por supuesto que Anna Wintour tenía que picar. En su carta editorial, el pez que se ha escabullido de las mejores redes explica que no fue Kanye el que le rogó porque le diera a Kim una oportunidad en portada; pero fue el status de "estrella del momento" de la misma Kim lo que realmente hizo el truco:
"Parte del placer de editar Vogue es tener la capacidad de presentar a aquellos que definen la cultura en cierto momento, que hacen polémica, cuya presencia cambia la forma del mundo e influye en la forma en la que lo vemos. Creo que todos podemos acordar en que ese papel en este momento les pertenece a Kanye y a Kim". Bibidi Babidi Boo.
Déjense sorprender. Estamos en presencia de magia pura. Lo que parecía imposible sucedió. Sucedió tan improbable como que a Blanca Nieves le curaran el envenenamiento con un beso, tan increíble como que nadie nunca notó que Mulán realmente era hombre, tan sorprendente como cuando Rapunsel bajó de la torre sin orzuela.Y sé que hay muchos haters allá afuera (me refiero específicamente a en Twitter) pensando, "Este es el declive de la humanidad. El mundo de la moda se fue a la *****. ¿Cómo pudo Anna Wintour traicionarnos de esta manera?", pero esos haters se están perdiendo de los fuegos artificiales.
Olvídense de lo que saben o no de las Kardashian. No piensen en si Kim es una tonta, una social climber, tiene la voz más molesta del mundo, seguro es producto de las cirugías y todas esas cosas que se les vienen a la cabeza cuando la ven, y piensen en que están en presencia de un evento histórico marcado por la imposibilidad. Están viendo, comentando y siendo partícipes de uno de los cuentos de hadas más reales que en vida les tocará presenciar.
Dejen de cantar "Let it Go", en la vida real ninguna princesa va a congelar su propio castillo, ninguna sirena va a cambiar su reino en el mar por amor. Pero en la vida real, una mujer sin talento alguno, sin una carrera en cine, teatro, música, pintura, política, sin una tiara de princesa o una familia en Mónaco sí puede pasar de aquella con visor nocturno en la cama con Reggie Bush a la estrella número uno del planeta que incluso logró convencer a la persona que marca la pauta entre quién es y quién necesita seguir intentándolo de que no hay nadie más allá afuera como ella.
Y eso en mi libro es un verdadero cuento de hadas. Y uno que me hace pensar que Cenicienta, Blanca Nieves, Aurora y Bella se equivocaron, el final feliz no viene en la forma de un príncipe, claro, él te puede acompañar en la foto, pero en la de un reino de papel que diga "fui alguien"...para siempre.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Iván Pasillas (@Iv_Moony).