Adele: la estrella de la noche
Es sin duda el ángel que rescató a la industria de la música, con su potente voz, su rostro de etérea belleza y esa luz que sólo tienen aquellos destinados a "enamorar" al mundo con su talento.
Adele regresó a los escenarios, para quedarse, decidida a reclamar ese lugar de honor que le tiene reservado la música Pop, y en el que hoy se alza como máxima ganadora al llevarse a casa seis Gramófonos, es decir todos en los que estaba nominada, en las categorías más importantes: disco, canción, grabación, artista pop, álbum y vídeo.
“Es ridículo”, dijo la súper estrella cuando recibió su premio número cinco, y no perdió la oportunidad de agradecer a la industria y a las radiodifusoras por apoyar siempre su música.
Ya entre lágrimas, para su sexto Gramófono dijo: “Mamá te amo, lamento que no estés aquí. Este álbum esta inspirado en una relación terrible y ha hecho cosas maravillosas, cambió mi vida”.
Enfundada, como es su costumbre en un señorial y pulcro negro, engalanado de encaje que brillaba y organza que cubría sus hombros, con su eterno acompañante, su piano, Adele probó por qué fue la encargada de salvar a la industria del CD, cuando esta corría el mayor riesgo en la historia por desaparecer.
Para su muy esperado, y anunciado regreso, la joven, quien fue presentada por Gwyneth Paltrow, seleccionó el corte que la consolidó: "Rolling in the Deep", que causó en el público una gran nostalgia, pues los tintes de la voz profunda y potente de la originaria de Gran Bretaña recordaron a otros que en 1992 también sorprendieron e hicieron historia, los de Whitney Houston, quien apenas el sábado perdió la vida.
Así, tras su despido forzado por 5 meses, después de someterse a una operación en las cuerdas vocales, y probar que su voz está mejor que nunca, Adele dejó de "rodar en la oscuridad" y "encendió a la lluvia" en la 54 entrega del Grammy, de la que indiscutiblemente fue favorita.