Charlene Wittstock ¿quiso huir del príncipe Alberto?
Charlene Wittstock ya es conocida como "la novia fugitiva", debido a que antes de la boda con el príncipe Alberto de Mónaco ya se rumoraba que quiso dejar todo y huir a su natal Sudáfrica.
Por ejemplo el Daily Mail expone tres momentos en que Charlene intentó fallidamente dejar plantado en el altar al hermano de Carolina de Mónaco. Lo cual hace que tengan sentido las lágrimas de la esposa de Alberto en el momento de dar el "Sí, acepto", el pasádo 2 de julio.
Y dice una...
En mayo de este año Charlene, de 33 años, viajó a París para ver asuntos relacionados con el vestido de novia -que ahora se sabe es de la firma Armani- , durante su estancia en la Ciudad Luz se refugió en la embajada Sudafricana, pero de alguna manera el principado monaguesco la convenció de seguir con los planes de boda.
Y dice dos...
A finales de mayo, a tan sólo poco más de un mes para la boda entre Alberto y Wittstock, se realizó el Grand Prix Fórmula 1 de Mónaco y según afirma el periódico francés Le Journal du Dimanche, Charlene quiso realizar otro intento por separarse de su ahora esposo, pero todo fue en vano.
Y dice tres...
El mismo rotativo galo aseguró que la semana pasada Charlene fue interceptada en el aeropuerto de Niza y funcionarios reales le confiscaron el pasaporte y fue donde ella se convenció de seguir adelante con los planes de casarse, ya que para los Grimaldi era muy importante este evento social donde se juntarían varias celebridades y realeza, con lo que podrían volver a lucir la grandeza del Principado de Mónaco.
¿Por qué huye la princesa?
Algunos medios europeos afirman que la razón por la que Wittstock quiso dejar al príncipe Alberto es porque existen elementos suficientes para creer que los dos hijos que tuvo éste fuera del matrimonio salgan a la luz pública muy pronto.
Incluso una de las madres de los niños exigiría una prueba de ADN para que el hijo del príncipe Rainiero III se haga cargo de económicamente, y que por ello Charlene quiere evitar la humillación pública.
La maldición Grimaldi
Cuenta la historia que una gitana lanzó una maldición sobre el príncipe Rainiero I, en el siglo XIX, después de que él la dejó plantada y no quiso casarse con ella. Las supuestas palabras fueron "Ningún Grimaldi encontrará felicidad en el matrimonio".
Y de pronto así fue el destino de una de las familias reales con más tradición en Europa. Tal vez de eso huye Charlene, de una maldición que le augura un futuro desalentador.