Príncipe Guillermo y Catalina conquistan a los canadienses
El príncipe Guillermo y su esposa Catalina participaron en los festejos del día nacional de Canadá el viernes, robándose gran parte de la atención mientras celebraban con decenas de miles de personas que se congregaron en las calles de la capital para verlos.
El primer ministro Stephen Harper los recibió por la tarde en el Parlamento anunciándolos como "los recién casados más famosos del mundo", y dijo que: "Representan su vínculo inquebrantable con nuestro pasado y nuestro indudable optimismo por el futuro".
La multitud, vestida en su mayoría con los colores de la bandera canadiense, no dejaba de gritar: "¡Guillermo y Catalina!". La pareja real, que se casó en abril y se encuentra en su primer viaje oficial al extranjero estaba encantada con el recibimiento.
En su discurso para celebrar el 144 aniversario de la creación de Canadá el príncipe habló en francés y en inglés sobre las relaciones de su familia y la de Catalina con el país.
El príncipe dijo que Catalina supo de Canadá por su fallecido abuelo, "quien quería mucho a este país pues entrenó en Alberta cuando era un joven piloto durante la Segunda Guerra Mundial".
En cuanto a su familia habló de su abuela, la reina Isabel II. La reina "me pidió que llevara los mejores deseos al pueblo de Canadá y los recuerdos felices de su visita al parlamento con el duque de Edimburgo hace un año".
Catalina llevó puesto el mismo vestido color crema, diseñado por el inglés Reiss, que utilizó en las fotografías oficiales de su compromiso.
Para su visita por Ottawa agregó a su atuendo un broche con forma de hoja de arce, el símbolo nacional de Canadá, que le prestó la reina y un sombrero rojo brillante que también tenía adornos en forma de hojas. La reina Isabel estrenó el prendedor durante su primera visita a Canadá en 1951 -cuando aún era princesa- y se lo prestó a la duquesa para esta gira.
La policía calculó que había unas 300.000 personas reunidas alrededor del Parlamento por las celebraciones del día nacional. Veintiún salvas y vuelos de exhibición de jets formaron parte de la fiesta.
Los Duques de Cambridge, como se les conoce oficialmente, comenzaron el día repartiendo banderas a nuevos ciudadanos canadienses.
Fueron recibidos con aplausos por centenares de espectadores cuando llegaron al Museo Canadiense de la Civilización en una caravana vehicular.
La multitud monárquica eclipsó a un puñado de manifestantes que se oponen a que los ciudadanos canadienses tengan que jurar lealtad a la reina Isabel II, la jefa de estado de Canadá. Los que apoyan a la monarquía cantaron "God Save the Queen" (Dios Salve a la Reina), el himno nacional de la Gran Bretaña, y "O Canada", el himno nacional.
En el museo, la pareja real se sentó al lado del gobernador general David Johnston, el representante de la reina en Canadá, y el ministro de patrimonio Jason Kenney, mientras 25 personas de 14 países tomaban la ciudadanía canadiense.
El viernes, la madre de Guillermo, la princesa Diana, habría cumplido 50 años, de no haber muerto en un accidente vehicular en París en 1997. En Londres, sus admiradores colocaron recuerdos frente al Palacio de Kensington, que era su residencia oficial.