Érika Zaba, adicta a la fama
Dicen que los cambios nunca son fáciles y Érika Zaba lo comprobó cuando después de 14 años tuvo que dejar lo que mejor sabía hacer: cantar y estar sobre el escenario: “Cuando se acabó el grupo pensé que iba a ser más fácil, pero no, al principio me parecía muy divertido pasar tiempo con mi familia, amigos, dormir en mi cama e ir de fiesta, pero después me comenzó a sobrar tiempo pues te vuelves adicto a la gente, a la fama, al escenario”, aseguró en entrevista.
Hoy, a sus 32 años y después de siete de haber dejado OV7, ha aprendido a conocerse a sí misma y asegura que el cambio le costó: “Yo tenía muchos rollos de inseguridad, pues ya no era más la güerita de OV7, debía descubrir quién demonios era Érika Zaba, no había tenido tiempo de estar conmigo misma y conocerme y era el momento perfecto para descubrirlo”. Así fue que decidió mudarse un tiempo a Alemania, donde no conocía a nadie, ni dominaba el lenguaje, pero a su regreso, aseguró que la inseguridad con la que se fue la dejó en algún cajón en un hotel de allá. Ya en México y teniendo una carrera de Administración de Empresas, se juntó con un amigo para comenzar una constructora y aunque dice haber disfrutado esta etapa, se dio cuenta que seguía extrañando su vida pasada por lo que el reencuentro le quedó “como anillo al dedo”. De hecho, está feliz desde que se reunió nuevamente con sus compañeros, tanto que se puso a dieta y se metió a clases de baile. “Antes, de repente por el cansancio remilgaba mucho: estoy cansada, ya no quiero más fotos, ya no más clases de canto y baile; pero eso no lo volvería a hacer, ahora entendí que pocos son los afortunados de poder estar en un escenario y yo no lo pienso desaprovechar, hay que vivir al máximo”, comentó entusiasmada. SIN TIEMPO PARA EL AMOR
Y aunque nos contó que sus mejores amigas están casadas y con hijos, ella está feliz disfrutando de su soltería: “yo estoy soltera porque no tuve tiempo de construir una relación”. Ahora con el reencuentro, dice: “no tengo tiempo de buscar el amor”, pero eso sí, está segura que cuando alguien es para ti llega de donde sea aunque no lo estés buscando, pero definitivamente ella preferiría que no fuera del medio para lograr tener un equilibrio. Confía en que pronto encontrará el amor de su vida y “será para siempre”. Con respecto a formar una familia dice que por el momento no se le antoja, sobre todo por falta de tiempo para dedicarles y agregó que admira mucho a M´Balia por “poder ser tan buena madre y estar en este reencuentro”.
UN DURO GOLPE Sobre la pérdida de sus padres, comentó: “Cuando murieron mis papás fue un giro total en nuestras vidas, yo tenía 16 años, mi hermana 13 y la otra seis, ellos eran mis mejores amigos, los más alegres, rodeados de amigos, las fiestas siempre eran en casa. Es fuerte, primero agradecerle a Dios por darte a los mejores padres del mundo y luego reprocharle por qué se los llevó”. Érika compartió que estuvo mucho tiempo intentando superar este duro golpe, incluso fue un reto regresar al grupo después de esta pérdida, pero los fans la ayudaron a sentirse mejor: “El día que regresé al grupo fue muy emotivo, pues escuche a miles de voces dentro de un estadio gritar mi nombre, todo en señal de amor, desde entonces comencé a necesitar más de los fans y fue cuando entendí que mi vida debía continuar, pues había muchas personas que me necesitaban”.
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