Paulina Rubio vuelve al Nokia Theater

"Desde aquí quiero decirle hoy a mi marido: `Gracias por entender todo esto", dijo Paulina a Nicolás Vallejo Nágera, a quien en otra ocasión llamó "mi chico". Él y la madre de la cantante, Susana Dosamantes, estaban muy cerca del escenario. El concierto, que inició con más de una hora de retraso, estuvo marcado por sus canciones más conocidas, lo cual fue agradecido por los casi siete mil asistentes, quienes corearon y disfrutaron de pie gran parte de la presentación. La cantante, con 38 años de vida y casi tres décadas de carrera artística, se cambió cuatro ocasiones portando atrevidas minifaldas, además de un short de mezclilla combinado con chaqueta de piel y camiseta roja y sombrero. Pero un ligero abultamiento en su estómago causó dudas en algunos de sus seguidores, quienes especulaban sobre un posible embarazo.

"Si está embarazada, qué bueno. Ya logró tantas cosas, sería bueno que ahora se dé ese gusto y esa satisfacción como mujer", señaló Hortensia Cervantes, una de sus seguidoras "desde que estaba en Timbiriche", resaltó. Este es prácticamente el inicio de su gira de conciertos "Gran city pop", que comenzó en Las Vegas y San Diego, y que la llevará por ciudades de California, el Caribe y México. De su más reciente álbum, que lleva el mismo nombre que la gira, Paulina presentó su reciente éxito "Causa y efecto", que encabeza las listas de popularidad en Estados Unidos. El segundo sencillo es "Ni rosas ni juguetes". En la presentación, los temas más coreados por sus seguidores fueron "Te quise tanto", "Causa y efecto", "Ni una sola palabra", "Dame otro tequila", "Lo haré por ti", "El último adiós", "Baila Casanova", "Sabor a miel", "Y yo sigo aquí", "Enamorada" y "Mio". Aunque el público era en su mayoría latino, muchos de ellos mexicanos, Paulina en su primera intervención habló en inglés y pidió que le encendieran la luz para ver a su gente, a quienes les dijo en ese idioma: "Bienvenidos a la gran ciudad del pop". Cuando interpretó "Yo no soy esa mujer", Paulina seleccionó a dos jóvenes del público para que la acompañaran como coristas en el escenario, con micrófono en mano y sin mayor pena, éstas la secundaron y cantaron a ojos cerrados, pero más que inspiradas.

A ratos, eran notable los esfuerzos de la cantante, quien de forma constante se checaba en las dos enormes pantallas ubicadas a los costados, para mantener la armonía y entonación de su voz, que por momentos era bastante desafinada en "Algo tienes". En otro momento, Paulina abrió una botella de vino rosado, virtió el líquido en algunos vasos que tenía la gente de las primeras filas y en su copa, y brindó por el más puro amor que mantiene con su público, a quien les aseguró "­Los amo a muerte!".