JoyCity Antara: fashion party
Su nombre se ha convertido en sinónimo de éxito. Sergio Berger, Eduardo Solórzano y Alberto Cinta, tuvieron la visión desde hace nueve años de crear una serie de negocios que tuvieran como objetivo principal que la ciudad de México figurara en el mapa mundial como una capital a la altura de cualquier otra en su oferta culinaria, así como de espacios novedosos y divertidos.
Bajo esta premisa nació el restaurante Landó Grill, en la colonia Polanco; luego vino el Lamm, en la Roma; siguió el Ivoire, también en Polanco; más tarde estos socios –y otros minoritarios– sorprendieron con la creación del Club Piso 51 en lo más alto de la Torre Mayor. Con la misma calidad que sus predecesores, y con más inversionistas, nació el Sud 777, en Jardines del Pedregal.
Pero la fórmula ya la tenían dominada. Necesitaban un nuevo reto. Entonces Berger, Solórzano y Cinta invitaron al productor Pedro Torres a sumarse para crear el centro de entretenimiento más grande y vanguardista de México. Al proyecto se sumaron nuevos socios como Moisés Cosío, Ricardo Kuri, Lina Botero y Becky Alazraki, entre otros.
El nuevo equipo se propuso crear en más de 5,000 metros cuadrados –dentro del centro comercial Antara Polanco– una especie de ciudad del entretenimiento en la que los asistentes pudieran elegir entre siete diferentes escenarios con el fin de pasar momentos de diversión. Para lograr la identidad de cada espacio, la parte arquitectónica corrió por cuenta de la firma Javier Sordo Madaleno, a través de los talentosos Javier Sordo Jr., Mauricio Lann, Alejandro Niz y Pato Chauvet.
En un año y medio se pudo materializar el sueño de todos. Finalmente, a mediados del verano quedó listo JoyCity-Antara conformado por un restaurante de comida asiática llamado Erawan; un lounge con fuentes y espejos de agua al que nombraron Joy Room; un cabaret conocido como Voilà, donde se pueden escuchar conciertos con grandes artistas o bailar salsa con orquesta en vivo; un escenario denominado Fat Crow donde se presentan conciertos de jazz; una sucursal del restaurante 50 Friends; una tienda de productos gourmet bautizada como Splendido, y un antro que desde el primer día de su inauguración ha sido un fenómeno extraordinario: Ragga.
Para Alberto Cinta, “este espacio está increíble para tomar un drink en la noche. La barra (atrás) es la protagonista del lugar. También tiene fuentes internas y espejos de agua por todo alrededor. Está abierto toda la semana”.
“La decoración habla por sí sola. Cada fin de semana traemos a dj´s diferentes que no dejan que nadie se siente durante toda la noche. La idea es que el Ragga se vuelva un básico en la ciudad de México, así como cuando existía el Studio 54 y la gente que iba a Nueva York no podía dejar de visitarlo”, dijo el productor.
“Convencimos a la chef Sumalee Boneek para sumarse a nosotros. Ella trabajó en el hotel Four Seasons en Tailandia y luego estuvo diez años en el hotel Peninsula de Bangkok. También se incorporó Agustín Toriz, chef que trabajó en el Nobu de Miami, y el chef Kimura, un maestro del sushi. Para los postres se incorporó al equipo el chef Joel Lohan, quien también estuvo en el Nobu. Tener a todos ellos en una misma cocina es un privilegio”, confesó el economista.
“La idea es que, en la intimidad de este pequeño y exquisito espacio, se presenten conciertos de jazz o noches bohemias. El diseño del lugar está creado para obtener una acústica inigualable”, finalizó el empresario joyero.